Seguramente muchos de vosotros penséis en la refrescante cerveza cuando se habla de cebada, pero este cereal puede emplearse en la elaboración de excelentes recetas en la cocina. Hoy os dejo una para que disfrutéis de todas sus propiedades.

La cebada tiene muchos beneficios para la salud entre las cuales destaco su acción en el tracto digestivo facilitando así la digestión de los alimentos cuando hay digestiones lentas o para diarreas. Otras propiedades pueden ser su poder diurético, depurativo, remineralizante  y reconstituyente y activa el hígado.

Además puede ayudar a calmar los nervios. 

Incluso los más pequeños de la casa, los bebés, pueden beneficiarse de la cebada cuando padecen problemas de eccema ya que ésta, en forma de papilla con avena les calma los brotes que puedan tener. De hecho,también va bien para la piel en general y para el acné en particular. Para casos de contracturas musculares puede emplearse en forma de cataplasmas.

También es recomendable su consumo para los  que sufren arteriosclerosis o diabetes. Eso sí, las personas con hipertensión deben vigilar su consumo al igual que los celíacos.

La receta de hoy es una muy buena opción para los vegetarianos y para todos aquellos que les guste disfrutar de los cereales integrales.

La cebada es un cereal que no acostumbramos a integrar en nuestra alimentación. Con este plato, al combinar un cereal con legumbres se consigue un aporte proteico de alto valor biológico. Además, el hecho de consumir la cebada en su forma integral, aportamos a nuestro organismo una elevada cantidad de fibra, vitaminas y minerales.


Resulta un plato energético y atractivo para los más pequeños, ya que es muy sencillo de comida, es agradable para el paladar y contiene una gran diversidad de colores.


Ingredientes (4-5 personas):
  • 200gr de cebada.
  • 250gr de garbanzos cocidos.
  • 1 calabacín.
  • 1 cebolla.
  • 3 zanahorias.
  • 150g de judías verdes.
Pasos a seguir:


Dejar la cebada en remojo 12 horas antes de su cocción.
Enjuagar bien la cebada y ponerlo a hervir en agua con sal durante unos 35 minutos a fuego suave. Una vez cocido, colarlo y guardarlo.
Mientras la cebada se cuece, cortar todas las verduras (calabacín, cebolla, zanahorias y judías verdes) en trocitos pequeños y cocerlas en una sartén con poco aceite, o en el microondas. Añadir sal y pimienta.

Mezclar todos los ingredientes en un plato: cebada, garbanzos y verduras.

¡Listo para comer!

Es una comida que se puede consumir caliente o fría. Dependiendo del calor, ¡puedes elegir la forma de comértelo que más te apetezca!