Bajo coste, o “low cost”, no es sinónimo de cutrez y limitación. Hay destinos atractivos que no exigen un desembolso excesivo y suponen la oportunidad perfecta para conocer mejor Europa y descubrir tesoros turísticos, religiosos y culturales.

El periódico El País viene de publicar hasta 10 destinos europeos que suponen una inversión vacacional potente con un gasto monetario ajustado y accesible. Recogemos 6 de sus propuestas para daros algunas ideas, porque vienen días de asueto y, al final, el verano tampoco está tan lejos.

Nantes (Francia)

La ciudad natal de Julio Verne, donde hay un museo dedicado a este escritor, con primeras ediciones de algunas de sus obras.

Además, la ciudad ha pasado por diferentes cambios que la marcaron y definieron: puerto francés de renombre en el s. XVIII, centro industrial y de construcción marítima en el XIX, ciudad universitaria en el s. XX.

Bergen (Noruega)

Seguimos con la propuesta cultural asociada a los muelles. No en vano, la ciudad cuenta con 7 colinas y 7 fiordos, disponiendo de las instalaciones precisas para disfrutar, tanto de la zona portuaria, como de la montañosa. Pero sin perder de vista los barrios antiguos, el centro histórico y los museos.

Wroclaw (Polonia)

La cuarta ciudad más grande del país, que no solo ofrece interesantes rutas por ella, sino que ofrece la posibilidad de conocer sus 12 islas y 130 puentes.

La mezcla de estilos y épocas nos trasladará desde la Edad Media al presente, pasando por el Rococó y el Gótico.

Salónica (Grecia)

La más moderna, activa y mejor comunicada del norte del país. Eso la hace perfecta para conocer detalladamente o usarla como trampolín a diferentes destinos cercanos. De especial referencia es su gastronomía y los dulces de sus cafeterías y pastelerías.

Quizás, con uno en mano, disfrutemos más de sus callejuelas, la muralla bizantina y las casas coloridas.

Graz (Austria)

La historia se derrama en sus iglesias góticas y barrocas, la naturaleza bulle en sus parques y la modernidad se respira desde sus universidades. La segunda ciudad grande de Austria, cuya colina se encuentra conectada con el centro urbano gracias a un funicular, escaleras y un ascensor de cristal.

Ferrara (Italia)

Es un destino relativamente relajado, en cuanto a número de visitantes, con múltiples recuerdos del Renacimiento y la Edad Media. El casco antiguo y el gueto judío son buenas propuestas para el callejeo. La muralla y el castillo del centro urbano, buenos recuerdos medievales. Y más de un palacio renacentista se ha reformado como un visitable museo.