La primera ministra británica Theresa May ha realizado una gira por las tres naciones que conforman el Reino Unido (Escocia, Gales e Irlanda del Norte) antes de la activación del Brexit, que se llevará a cabo este miércoles 29 mediante la invocación del artículo 50. En dicha reunión, ambas mandatarias trataron asuntos referentes a este hecho, exponiendo puntos de vista completamente distintos, lo que supone otro frente abierto para la premier inglesa.
Nicola Sturgeon manifestó el concepto de un referéndum independentista de Escocia en dicha reunión, ya que la idea de la permanencia en la Unión Europea de la sociedad escocesa es bastante sólida, a lo que Theresa May rebatió esta propuesta con firmeza, reforzando su concepto de que " no permitirá un Reino Unido más flojo o más debil".
Argumentó también que mientras las negociaciones con Bruselas se estén llevando a cabo, no permitirá ni admitirá ningún referéndum, ya que "se podría debilitar el esfuerzo negociador del Reino Unido".
La primera ministra escocesa excluyó la posibilidad de, que si Theresa May, aceptase en este momento la idea del referéndum, podría darse inicio a la precampaña, lo que supondría otro contratiempo para la primera ministra inglesa.Mañana se votará en el parlamento escocés una moción que permita al gobierno autonómico comenzar a promover la consulta.
Estableciendo un símil con nuestro país, el caso escocés continúa por los cauces de la legalidad y guarda la estructura institucional, a diferencia de lo que esta aconteciendo en Cataluña actualmente.
Se hizo patente el ambiente de cordialidad entre ambas dirigentes, en las que se focalizó en negocios, sin excluir lo ya mencionado anteriormente del referéndum.
Sturgeon criticaba que Theresa May ignoró las demandas de Escocia , como por ejemplo tener preferencia para entrar al sistema de libre mercado de la Unión Europea, a lo que esta apreciación, recibía respuesta de un portavoz de Westminster, alegando que la premier confiaba en señalar áreas donde ambas partes podrían llegar a entenderse, soslayando de esta forma, la posibilidad de celebrar un referéndum.
Por otra parte, Theresa May intentará cimentar una sociedad con Europa, para "fundar" así una Gran Bretaña global, la cuál, paradójicamente, rompe con sus socios tras 43 años de relación, a los que el Reino Unido hace el 41% de sus exportaciones.
La premier concluyó con el propósito de mantener sus postura, no concibiendo así la noción de un segundo referéndum. El mismo miércoles, Holyrood enviará su petición a Westminster, a lo que Theresa May acabará admitiendo y lo intentará aplazar lo máximo posible.