Para BlastingTalks - entrevistas exclusivas de Blasting News con líderes empresariales y culturales - entrevistamos a Carlos Pardo, CEO de KDPOF, una empresa de innovación tecnológica que diseña sistemas de comunicación para fibra óptica de plástico, una alternativa a la tradicional que permite su uso en entornos hostiles y su instalación no requiere de conocimientos técnicos.

Blasting Talks: La tecnología de KDPOF habilita una red óptica innovadora y rentable de alta velocidad para entornos hostiles, ¿cuál fue el motivo para montar su empresa?

Carlos Pardo: La razón histórica surgió cuando mi socio estaba preparando una tesis doctoral sobre esta tecnología, y comentamos el hecho de que había espacio para establecer un negocio para su explotación.

Al principio estuvimos dándole muchas vueltas, tanto comercialmente como técnicamente, tardamos un año en decidirnos, y al final, nos decidimos a emprender. De eso hace ya 11 años.

¿Creen que en España hay talento para innovar en tecnología?

Claro que sí, y de sobra. Es verdad que habría que promover que en las universidades se formen profesionales capaces de emprender y crear nuevos negocios y productos. Creo que en los últimos años ha habido una degradación en la calidad de la universidad, pero, en general, la media es bastante alta. Desde luego, me he cruzado con gente muy valiosa y con muchísima capacidad, por lo que pienso que España puede llegar al nivel de otros países, como Francia, Inglaterra, Alemania, Italia o Corea.

Con los recursos disponibles, ¿es posible hacer chips en España?

Por un lado, en España no hay fábricas de chips y si miramos incluso en Europa, se pueden contar con los dedos de una mano. En realidad, lo que es la fabricación a nivel mundial está sobre todo en Asia, y un poco en Estados Unidos. Nosotros lo que hacemos es diseñar los chips y los fabricamos en Asia.

Es verdad que la parte más complicada de la fabricación es hacer el lado del silicio, y esto requiere inversiones descomunales. Y, en mi opinión, hoy en día en España, no hay ni capacidad ni conocimiento. Aunque otras fases como el empaquetado o el test de fabricación sí se pueden hacer en España y es una de las intenciones de KDPOF, el poder traer a España todo lo que se pueda, porque estos procesos no hay diferencia con hacerlo en nuestro país o en Asia, dado que está muy automatizado.

Además, el hecho de que la mano de obra ya no sea tan barata allí, la localización en Asia ya no supone una diferencia significativa en los costes, más bien todo lo contrario, actualmente fabricar en Asia lo que está haciendo es encarecer los costes de nuestros productos.

¿Qué requisitos o formación serían necesarios para avanzar en tecnología en el país?

Antes lo comentaba, las universidades deben aumentar el nivel, pero más que eso, creo que es un problema cultural. En este país domina, como decía Unamuno: el “Que inventen otros”, la cultura nacional. Es un poco triste, a mi juicio porque cuando contamos lo que hace KDPOF te miran como diciendo “¿Pero tú que estás haciendo? ¿Cómo estás perdiendo el tiempo en esto, si no es lo nuestro?”.

Creo que el gran impedimento somos nosotros mismos, la cultura del país, es una pena que la gente que tiene ganas de crear industria pues por culpa de esa cultura, no pueda sobrevivir económicamente. Por ejemplo, si yo voy al banco a pedir un préstamo para hacer unos prototipos, no me lo dan, en cambio, si es para abrir una peluquería, no tendría ese problema. Esta transformación considero que llevará años, pero sí creo que las nuevas generaciones tienen una cultura más abierta que la mía o las anteriores, aunque será lento.

¿Qué aplicaciones tiene la tecnología que proporciona KDPOF a sus clientes?

Ahora mismo, estamos centrados en tres mercados. El más grande es el del automóvil, que nos permite conectar con redes ópticas de gran velocidad diferentes partes del vehículo, que cada vez son más numerosas.

Mirando la evolución del vehículo, ahora es casi un gran ordenador con enormes capacidades, conectado a internet, con cámaras por todos sitios, que puede conducir solo, etcétera. Todo eso lleva consigo un trasiego de datos tremendo y las redes ópticas que usan nuestra tecnología son óptimas para ello.

Otro mercado, es el hogar, para simplificar la instalación de la red troncal. Hoy en día, somos muchos los que estamos teletrabajando y los niños estudiando desde casa, se está demostrando que la red de nuestros hogares no da la talla. El acceso es muy bueno porque la fibra está desplegada hasta la casa, pero el Wifi no llega a las necesidades de aplicaciones como, por ejemplo, el teletrabajo. Cuando se instala la fibra plástica dentro del hogar las diferencias con la situación anterior basada solo en WiFi son abismales, como poder tener 600 MB en cualquier rincón de la casa.

Sigo accediendo al WiFi pero como si estuviese junto al router del operador.

El tercer mercado es el industrial que está formado por una variedad de mercados más pequeños, más horizontales, en aplicaciones muy dispares, como médicas, ferroviario, impresión, etc.

KDPOF funciona con una amplia gama de fibras ópticas plásticas de gran núcleo y de bajo costo, ¿qué otros beneficios obtienen sus clientes?

El hecho de usar unas fibras que son de plástico y muy gruesas lo que permite son varias cosas, como una manipulación muy sencilla que la puede hacer cualquiera, son fibras que no necesitan ningún tipo de conocimiento para manipularlas. Todo esto simplifica mucho el proceso de instalación y da también una gran robustez a los enlaces.

Puede ocurrir que a las tradicionales les afecten las vibraciones o que el conector esté en mal estado. En la fibra de plástico, estos factores no le afectan dado que el núcleo es muy grueso y el material es flexible. Con esto, es con lo que tenemos éxito, cuando la gente ve lo sencilla de instalar y robusta que es, pierde el miedo a las comunicaciones ópticas.

¿Reciben apoyo financiero del Estado español? ¿Qué más ayudas pediría al Gobierno?

Hemos recibido ayuda desde el primer momento, pues hemos acudido a proyectos del Ministerio y del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). De hecho, ahora mismo el CDTI es accionista de KDPOF y, en ese aspecto, quiero agradecer a los diferentes Gobiernos que hayan hecho esfuerzos para mejorar el apoyo a las empresas, con todo y que siempre se puede hacer mucho más, ciertamente.

Lo que pediría, no a este gobierno, sino a todos, es que el apoyo a la industria y a los emprendedores sea un apoyo firme y sostenido. Hemos visto, incluso con el mismo gobierno, que en cuanto se cambia el secretario de Estado, las políticas cambian, y esto vuelve loco al emprendedor. Por ejemplo, cuando un Gobierno apuesta por el coche eléctrico pero el siguiente prefiere la energía solar, y así, no puedes estar obligando a los emprendedores a cambiar su estrategia. Creo que, al igual que la educación, el plan estratégico nacional de industria y de ciencia no puede depender de los vaivenes políticos. Pediría estabilidad.

El mundo ha sufrido una gran crisis sanitaria que ha afectado a todos los sectores económicos, ¿cómo ha afectado a su empresa?

¿Cómo vivieron los meses de confinamiento?

La parte de I+D no cambió mucho porque la gente trabajó desde casa, y quienes tenían que ir al laboratorio venían dado que solo había una o dos personas en cada momento. Lo que más ha cambiado es el mundo exterior, el mercado del automóvil paró la fabricación de circuitos integrados y de coches durante la pandemia. Eso provocó que los fabricantes de semiconductores del mundo, asignaran la capacidad de producción a grandes empresas como Apple o Huawei. Ahora, la industria de semiconductores está en crisis porque no tiene capacidad para fabricar toda la demanda acumulada, tanto en la industria del automóvil como en la comercial. Existe un déficit de producción de chips, en eso nos ha afectado bastante.

Ahora, además, lo que nos encontramos es una crisis de desabastecimiento con el despliegue de la tecnología 5G y es algo que ha agravado aún más la pandemia porque se necesitan muchos más ordenadores que antes, por ejemplo.

¿Han tenido ofertas de compra por parte de otros países?

Sí, hemos tenido varias. Hubo una oferta de una empresa de Estados Unidos y Alemania, también hemos tenido acercamiento con China. Pero, por ahora, hemos conseguido mantenernos 100% españoles, y aquí, también hay que agradecer la intervención del Estado español, pues sigue invirtiendo en industria. Lo cierto es que los posibles compradores de la tecnología de KDPOF son extranjeros, y esto va en línea con lo que comentábamos antes; pues, si no hay una oferta en firme del Gobierno, y todas las empresas emprendedoras que surgen en España las vendemos a extranjeros, no estamos haciendo crecer el país.

Lo lógico sería crear conglomerados de empresas españolas, y que al final, el producto intermedio se quedase en España, que empresas grandes compren otras más pequeñas para crear un tejido industria. Ahora mismo, los emprendedores son héroes creando valor añadido, pero al final les estamos regalando a los chinos y los americanos los frutos de ese esfuerzo, con lo cual el balance para el país es negativo.

¿Cómo le gustaría que evolucionara su empresa? ¿Qué retos se plantean a corto y medio plazo?

Ahora mismo, estamos consiguiendo más fabricantes de coches que adopten nuestra tecnología, esto es un gran logro a medio y largo plazo. Desde el punto de vista de I+D, estamos desarrollando la tecnología del futuro, una tecnología que permite una velocidad de hasta 50-100 Gb/s.

Para ser líderes mundiales nos gustaría tener más apoyo de empresas como Telefónica; que adoptase nuestra tecnología para la red del hogar como complemento a su WiFi. A largo plazo, me gustaría que KDPOF no fuera vendida a una empresa extranjera y que desapareciera el conocimiento y la creación de industria sino que fuera apoyada por capital español o, en su defecto, europeo, que las externalidades positivas de todo este esfuerzo quedaran en nuestro país o en Europa. Ese sería mi deseo a largo plazo.