La investigación por la preferentes de Caja Madrid se ha cerrado definitivamente con una resolución clara, no se ocultó información a los clientes de la situación real de las preferentes a propósito.

No podían conocer que era un producto deteriorado

No se ha podido demostrar que en el momento en que se emitieron ya hubiera deterioros que los directivos de la entidad bancaria decidieran ocultar a propósito.

De esta manera, quedan desestimados todos los recursos de las acusaciones por el sobreseimiento de la pieza el pasado mes de mayo, decisión llevada a cabo por el juez Fernando Andreu que valoró que no habían suficientes pruebas de que la voluntad de los directivos era engañar a los futuros inversores.

Entre otros, los presentados por la CIC (Confederación Intersindical del Crédito).

La Audiencia Nacional ha decidido que se archive toda la investigación sobre la excúpula de Caja Madrid por llevar a cabo la comercialización de las preferentes, al consideran que cuando las participaciones se emitieron en el año 2009, la entidad bancaria no tenía conocimiento del deterioro contable que conllevaban.

La investigación se abrió en el año 2013. Se intentaba demostrar que hubo estafa, apropiación indebida, administración desleal y publicidad con fines engañosos e intentaba sentar en el banquillo a los máximos dirigentes de Caja Madrid entre los que estaba Miguel Blesa, presidente de la entidad entre los años 1996 y 2010.

Los jueces han considerado que los directivos no tenían información para considerar que habría una caída en la inversión de las preferentes que suscribían sus clientes, o que la situación de insolvencia en la que se encontraba Caja Madrid se iba a hacer más grave.

El folleto de la CNMV advertía de la inestabilidad del producto

Se ha indicado que en el folleto de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) quedó reflejado que las preferentes eran un producto muy completo y perpetuo, que no tenía nada que ver con un depósito bancario o que el adjetivo “preferente” no era sinónimo de ser un producto para clientes privilegiados.

A pesar de que también en aquella época Caja Madrid era descrita por expertos economistas como una entidad de referencia en el sector financiero español, con una alta calidad “crediticia”.

También se mencionó la falsedad de los informes elaborados sobre las siete entidades que se fusionaron en aquel entonces. Pero este hecho no es suficiente para demostrar que se planificó el engaño, ya que los directivos sabían que el banco iba a deteriorarse patrimonialmente más.

Tampoco se ha podido demostrar que las cuentas anuales presentadas por el banco durante los años 2007 y 2008 fueran falsas, o que los directivos conocieran el deteriorado estado de la caja.

El dictamen de la sala tampoco permite reabrir el caso para poder añadir nuevas pruebas como así ha propuesto la acusación al haber terminado el plazo de instrucción del caso.

En la lista de acusados estaban nombres que coinciden con el caso de las tarjetas “black” de Caja Madrid: José Manuel Fernández Norniella, Jesús Pedroche, Gerardo Díaz Ferrán, Gonzalo Martín Pascual, José María Arteta, Rodolfo Benito y José Manuel Fernández Norniella.