Muchas cosas ha pasado desde que el economista Lega Borghi tuiteó acerca de los beneficios que los turcos derivaban de tener una moneda nacional.
La lira turca se ha metido en un golpe aparentemente interminable y eso preocupa mucho a las autoridades financieras y políticas europeas, que temen un efecto contagio para los bancos de la Unión.
Génesis de un pozo sin fondo
Turquía un país que hasta hace pocos años parecía destinado a una rápida integración en el tejido de la Unión Europea, hoy más que nunca se presenta como un país en crisis económica y democrática.
La conducción de Erdogan, inicialmente moderado y abierto a las demandas de una sociedad moderna, ha reforzado gradualmente en un nacionalismo religioso con connotaciones familistas.
Asimismo, en los últimos años, trajo en un curso de colisión con los históricos aliados de la OTAN, en un descenso de la ambigüedad hecha de enfoques más o menos obvios con la Rusia de Putin y de abierta hostilidad en Siria a los aliados de los Estados Unidos de Kurdistán.
La gota que colmó el vaso fue el encarcelamiento de un pastor protestante estadounidense, Andrew Brunson, quien presionó a Trump para que rompiera la demora y penalizara fuertemente la importante producción de acero y aluminio turco, casi todos exportados a los EE.
UU.
La aceleración del colapso de la moneda nacional fue la consecuencia lógica, después de años de costosas intervenciones de infraestructura de diversa índole que nunca han tenido en cuenta la tendencia de las cuentas públicas, hoy en día con un hiperdeficit.
Erdogan, por su parte no parece muy consciente de la situación en la que su reacción fue a arengar a la gente que declara a Reuters que hay varias campañas en curso y añadió que no se olvidaran que si tienen los dólares, ellos tienen a su gente, su derecho y a su Dios.
Los mercados esperan mucho más y la apertura del mercado de divisas esta noche no es un buen augurio.
Consecuencias económicas de la crisis turca
Los inversores están claramente destinados a vender todo lo que sea turco: el colapso de la lira ha llevado la inflación al 15% y esto comienza a causar una fuerte contracción del poder adquisitivo de las personas.
La propia Unión Europea está muy preocupada por la situación porque muchos bancos están expuestos en Turquía (esto se parece mucho a una lección que aparentemente no se ha aprendido: la de Grecia).
Por ejemplo, nuestro Unicredit ha gastado 2.500 millones de euros para adquirir el 40.9% de Yapi Credi, una institución que hoy con el colapso de la lira vale solo 1.15 mil millones en total.