Decir que nuestra sociedad es consumista no es una novedad. El capitalismo es nuestra forma de vida, la televisión está llena de anuncios que hacen que necesitemos los productos que nos venden, aunque dicha publicidad está evolucionando y ya no necesita de una televisión para hacerse notar, es más, cuanto más original sea la forma de vender, mayores serán sus resultados.
La tecnología ha crecido hasta tal punto que rige nuestra forma de vida, nos movemos en función de ella y actuamos en consecuencia. Nadie sale a la calle sin su móvil y su tarjeta de crédito, forma parte de nosotros, de nuestro día a día.
Bajo mi punto de vista existen en este momentos dos tipos de personas, aquellas que se han hecho a la nueva vida tecnológica y actúa con normalidad, y aquellos que critican el uso excesivo de esta y la manipulación que ejerce sobre nosotros sin que nos demos cuenta.
Tal es el punto al que hemos llegado que existen nuevas enfermedades que han nacido por este fenómeno que lleva entre nosotros tan poco tiempo. Existen muchos estudios sobre la importancia del consumismo. Entre las conclusiones, podemos destacar que el número de mujeres es ligeramente superior al de hombres y dentro de estos grupos hay un porcentaje importante con una obsesión grande.
Características de los adictos
Las personas consumistas se caracterizan por ser caprichosas, nunca están conformes con nada y siempre quieren tener lo último que sale en el mercado.
Necesitan de estos objetos para sentirse bien, ya no solo con ellos mismos, sino también con las personas que les rodean.
La depresión está relacionada en algunos casos del consumismo, los más graves normalmente, pero no siempre es así. No es el consumismo lo que hace que una persona tenga este tipo de sentimientos, sino más bien es el propio sentimiento de vacío el cual les hace experimentar esta sensación.
Otro rasgo característico de este tipo de personas es la vulnerabilidad. Se sienten débiles y se fortalecen comprando las novedades del mercado, fijándose en la publicidad que se utiliza.
Aunque el principal objetivo de las personas con este problema es el status social, quieren aumentar su prestigio a través de objetos materiales con los que puedan hablar con su círculo cercano.
Esto supone una baja autoestima y un deseo irracional de asistir a los lugares donde hay muchas personas.
Recomendaciones para este tipo de personas
La población que más sufre esto es la joven, caracterizada por una insatisfacción personal, una atracción irracional por el acto del consumo, inseguridad y baja autoestima.
Para acabar con este problema es importante, principalmente, tomar conciencia de lo que está sucediendo. Las personas tienen que saber que sentirse mejor después de comprar es algo psicológico y que la mayoría de los bienes que consumimos no los necesitamos. La educación, tanto de padres como en los colegios, es un elemento muy importante. Además, convendría evitar lo máximo posible la publicidad
Nuestra sociedad es consumista y esto no va a cambiar, pero podemos actuar sin llegar a radicalizar nuestro comportamiento, conviviendo racionalmente con las empresas que nos venden sus productos.