La persona que opera en bolsa tiene como fin último la obtención de un rendimiento económico. Es decir, arañar un pellizco al mercado que le suponga un plus. No obstante, hay dos perfiles gruesos de personas, los inversores y los especuladores. De encontrarse en un grupo u otro depende el tipo de operaciones y herramientas que se usarán para analizar y tomar decisiones.

Grosso modo, la diferencia entre estas dos grandes formas de aproximarse a los mercados bursátiles es que, mientras que el inversor tiene interés en adquirir la propiedad del producto financiero que compra, el especulador, sin embargo, no tiene tal interés.

Este adquiere y suelta constantemente instrumentos financieros, solo se centra en la plusvalía que conseguirá haciendo una u otra operación.

De esta forma, un inversor se interesará de manera profunda por una empresa, un sector o un mercado y tomará decisiones mirando a medio y largo plazo. Este suele hacer uso del análisis fundamental y determina inclinarse por aquellos sectores con perspectivas de crecimiento.

El fin del especulador, también conocido como trader, es realizar las operaciones pertinentes mínimas necesarias para obtener el máximo rendimiento posible (cada operación conlleva un coste, los brokers y dealers cobran spread y comisiones). Su especialización no se centra tanto en conocer el sector ni las empresas con las que opera de manera profunda y su principal análisis es el estudio de las gráficas que se obtienen de la fluctuación de los precios.

Cabe mencionar que, ni el inversor hace uso únicamente de un análisis fundamental, ni el especulador el análisis técnico. Cualquier inversor y especulador que se precie se cuidará de entender en qué consisten ambos tipos de análisis, de comprender qué dicen las gráficas a la par que estudiar los sectores en auge y se mantiene informado de las noticias que de una forma u otra pueden afectar a la fluctuación del precio.

El trader además, puede ser un especulador de intradía que practica el day trading (abre y cierra todas sus operaciones en el espacio que va desde la apertura del mercado hasta el cierre del mismo en un día), el swing trader, (opera en un corto y medio plazo, teniendo abiertas operaciones por una o dos semanas) y el call trader (opera en espacios de varias semanas a incluso meses).

Los gráficos del trader de intradía suelen oscilar entre el minuto y los 15 minutos. El del swing trader pueden ser de una hora, 4 horas o gráficos diarios. Por su parte, el call trader suele hacer análisis de gráficos semanales o mensuales. Cada uno ajusta el gráfico al tipo de operación que va a realizar.