En los últimos días, a través de varias publicaciones en Facebook he podido comprobar hasta qué límites llegan algunas grandes empresas para vender en Navidad. Se ofrecen, por parte de El Corte Inglés, abrigos de piel de lince –especie protegida-, así como de zorro y otras especies exóticas. Es necesario recordar a los consumidores que, por muy chic y bonito que pueda ser un abrigo de estas características no lo es tanto el modo en que se fabrican. La fundación FAADA publica en su página cuántos Animales de cada especie se matan para hacer un abrigo con su piel, así como las condiciones de su cría y la forma en que se matan.
La asociación People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), por otra parte, además de la crueldad con la que se trata a los animales, tiene en cuenta las condiciones en las que trabajan algunas personas que por razones de necesidad tienen que hacer este tipo de trabajos como, por ejemplo, en Bangladesh: “Se documentó a los trabajadores, incluyendo niños, realizando tareas peligrosas, como el remojar las pieles en químicos tóxicos y el usar cuchillos para cortar las pieles, las cuales se utilizan posteriormente para producir bolsos, zapatos y otros productos de cuero que son vendidos alrededor del mundo. Los niños incluso operan las máquinas. Los trabajadores permanecen descalzos sin protección sobre químicos que causan cáncer y utilizan ácidos que pueden ocasionar enfermedades crónicas de la piel.
Se estima que un 90% de los trabajadores de estas curtiembres mueren antes de los 50 años.”
Por otra parte, los compuestos químicos con los que se tratan no se tiran a otro sitio que a los ríos, generando más daños a la fauna acuática de los lugares así como a las poblaciones debido a la contaminación.
Lo más importante de todo es saber por qué se permiten hacer estas cosas, y al final, inevitablemente, la respuesta es siempre la misma: porque alguien puede y quiere pagarlo.
Si no existiese una demanda comercial, esto no se haría. Si, por otra parte, se impusiesen leyes que realmente contemplaran la ética para con los animales en particular y con el medio ambiente en general, del que tanto ellos como nosotros formamos parte, esto muy probablemente no existiría.