La Federación de Atletismo de Suecia y el Club Vasteras FK confirmaron este miércoles 21 de noviembre el fallecimiento de la atleta Emilia Brangefält, a los 21 años.
Las primeras informaciones apuntan a que la atleta, que pasaba por una depresión tras serle detectada una cardiopatía, se habría quitado la vida el pasado 13 de noviembre. En este contexto trasciende el comunicado emitido por el máximo ente del atletismo sueco, organismo que lamentó profundamente lo ocurrido y envió sentidas condolencias a familiares y amigos de la corredora.
De igual modo, otra buena cantidad de emotivos mensajes comenzaron a emerger tras confirmarse el trágico suceso.
Entre las figuras que se expresaron sobre la muerte de Emilia Brangefält, se encuentra la medallista olímpica y mundial Kajsa Bergqvist, quien aseguró que no encontraba palabras para expresar el profundo sentimiento causado por la partida física de la joven atleta.
El hecho ha conmocionado al mundo del atletismo
“No conocía personalmente a Emilia, pero sé que era una persona muy agradable, con visión de futuro”, escribió la capitana del equipo sueco de atletismo y al mismo tiempo mandó todo su apoyo y la fuerza para la familia de Brangefält.
Por su parte, Karl Avedal, del equipo sueco de Trail Running, recordó como la personalidad de Emilia levantaba el ánimo del grupo en cada una de las competiciones.
“Me parece completamente surrealista que ella realmente se haya ido”, señaló Avedal y en este orden acotó que siempre la recordarán como una chica feliz y llena de energía.
El legado de Emilia Brangefalt
Emilia Brangefält irrumpió en el escenario del Trail Running en 2022, logrando el bronce en el Campeonato Mundial de la disciplina celebrado en Tailandia.
Desde entonces cautivó con su talento a fanáticos y especialistas que comenzaron a tildarla como la gran promesa de su deporte.
Tras finalizar en la quinta plaza durante la justa del orbe celebrada en la ciudad austriaca de Innsbruck este 2023, la carrera de la sueca dio un giro radical, pues según los exámenes médicos practicados en esa fecha, su ritmo cardíaco en reposo era demasiado elevado (120-150 pulsaciones por minuto). A partir de ese instante, Brangefält debió cesar en todo tipo de actividad relacionada.