Serbia será el contrincante que España deberá enfrentar en la final del europeo de waterpolo. El equipo español nunca ha logrado conseguir el campeonato, y esta vez tiene una gran oportunidad tras derrotar a los italianos en un emocionante partido, el cual concluyó con marcador de 8 goles a 7 a favor de España.

Victoria con sabor a revancha para España

En los juegos olímpicos de Barcelona 1992, España e Italia disputaron la final de waterpolo, el resultado fue una dolorosa medalla de plata para los locales. 26 años después el equipo español ha tenido la oportunidad de conseguir revancha, quizá no fuera en unas olimpiadas, pero el partido se desarrolló en la misma piscina donde no lograron alcanzar el oro olímpico.

Es por ello que derrotar a los italianos en el campeonato europeo tiene un doble significado para los dirigidos por David Martín.

Ante Serbia, España buscará seguir saldando cuentas

Españoles y serbios tienen su historial en el waterpolo. Ambos conjuntos se enfrentaron en la final del mundial que se celebró en el año 2009 y que tuvo lugar en la ciudad italiana de Roma. El resultado final se inclinó hacia Serbia, quien se colgó la medalla de oro tras vencer a España en la tanda de penaltis.

España obtuvo una victoria de mucho coraje

La victoria española fue de esas donde un equipo termina jugando con el corazón más que con otra cosa. El partido estuvo bastante igualado en los primeros minutos, de hecho, el primer cuarto cerró con empate a un gol por equipo.

Posteriormente, al inicio del segundo tiempo, España arrancó con mayor brío y rápidamente tomó la delantera, incluso llegó a tener una ventaja de 4 tantos a 1.

La reacción italiana no se hizo esperar y de inmediato contraatacaron, colocándose a tan solo una anotación del empate, de esta manera concluyó la primera parte del partido.

Los italiano comenzaron el tercer cuarto decididos a lograr el empate, el cual no solo lo conseguirían si no que se colocarían arriba en el marcador por 5 goles a 4.

España llegó al último cuarto por debajo en el marcador por dos tantos, 5 a 7 marcaba la pizarra. Todo apuntaba a que Italia nuevamente se llevaría la victoria y que dejaría a los españoles reviviendo aquella final de Barcelona 92.

Fue gracias a los jugadores Granados y Tahull que los españoles consiguieron el empate. La emoción del público era indescriptible, y la selección española iba a aprovechar ese respaldo de su afición para no desperdiciar la ventaja anímica que da jugar de local. Sucedió que a menos de dos minutos para el pitazo final, Fran Fernández marcó el octavo y decisivo gol español, el cual le otorgó el boleto a la gran final.