25, 40, 48, 53 y 55. No, no es la clave del Euro Millón de esta semana. Es el número de victorias de los Boston Celtics, en la fase regular, desde que Brad Stevens asumió el mando técnico de la formación de Massachusetts, en una evolución meteórica y poco habitual en los equipos de la NBA en reconstrucción.

A los 41 años, Stevens está en camino de convertirse en uno de los mejores entrenadores de siempre de la liga norteamericana. Por ahora, es uno de los principales - e integra el lote de los crónicos - candidatos al premio de Entrenador del Año.

Boston Celtics

Cuando el más titulado equipo de la historia de la NBA, anunciaron la contratación de su entrenador principal de 36 años de edad y sin ninguna experiencia en la liga, muchos analistas torcieron la nariz. Sí, Brad Stevens tenía buenas referencias en el baloncesto universitario y lideró a los Butler Bulldogs (166 victorias y 49 derrotas con Stevens al mando) a dos finales de la NCAA, pero... tenía 36 años de vida y cero de NBA.

En aquel momento, el general manager de los Celtics, Danny Ainge, le ofreció un contrato de seis temporadas y afirmó que dentro de diez o veinte años estaríamos hablando de uno de los mejores entrenadores de siempre. Hoy percibimos el por qué y golpeamos las palmas a Ainge.

Clap, clap, clap.

Gregg Popovich, casi 30 años más viejo y con cinco anillos de campeón al servicio de los San Antonio Spurs, asume sin rodeos que ve vídeos de los equipos de Stevens, desde los tiempos de la universidad de Butler, para copiar jugadas. "Brad es una persona especial, dentro y fuera de campo, es muy inteligente, y la inteligencia es una buena cosa, pero si no viene acompañada de discernimiento y la madurez emocional, no sirve para nada, lo tiene todo, y ya es un gran entrenador ", dijo el legendario técnico del conjunto texano, al inicio de esta temporada.

Sorpréndete

En una liga ahora dominada por los jugadores y, en especial, por el talento de las súper estrellas, hay una mano llena de entrenadores que aún logran hacer la diferencia. Stevens es uno de ellos. Con una postura tranquila auto-impuesta -dice que es menos efectiva cuando está enojado-, el técnico asegura que no deja de ser exigente por el hecho de no andar sistemáticamente a los gritos.

Prefiere alentar a los atletas, con estímulos siempre de forma positiva, incluso cuando está haciendo una crítica.

Sin embargo, el respeto que ha conquistado en la liga está relacionado, sobre todo, con su conocimiento del juego, sea por los complejos esquemas defensivos (los Celtics fueron el mejor equipo de la NBA, esta época, en la eficiencia defensiva) o por las jugadas que inventa descuentos de tiempo. Pero también por estar al frente de su tiempo, como lo probó cuando dijo que ya no prepara a su equipo teniendo en cuenta cinco posiciones (armador, escolta, alero pequeño, alero y centro).