Hay personas que marcan etapas. Puede ser en cualquier ámbito de la vida, pero, en este caso, Andrés Iniesta ha dejado un legado que está ya a la altura de estrellas del Barcelona como Xavi, Puyol o Cruyff. Ayer jugó con la camiseta del Barça la que será su última final después de que la semana que viene anuncie el que será su siguiente destino deportivo: China.
Iniesta, un mago de la pelota
También hay despedidas y despedidas. Iniesta no sabe hacer las cosas de otra forma que no sea a lo grande. Su partido en el Wanda Metropolitano quedará para la historia del club que le ha visto crecer.
Y es que no puede haber mejor forma de decir adiós a tu gente que marcando un gol y, además, jugando de maravilla. Lo de Andrés no es de este mundo. Tendrán que pasar muchos años hasta que un jugador pueda parecerse levemente a Iniesta, ya que igualarlo, en mi humilde opinión, será imposible.
Ovación de despedida, una más
Para finalizar la noche de ayer, Iniesta fue despedido del estadio como un verdadero héroe deportivo. Una sonora ovación le acompañó en su salida del terreno de juego. Y no sólo por parte de los aficionados del Barcelona, sino que el Sevilla también aplaudió al hombre que nos dio un mundial y que siempre estará en la memoria de todos como el mejor jugador de la historia de fútbol español. Aquí y en China.