El partido de la pasada madrugada de los New York Knicks en general y de Tim Hardaway Jr. en particular define muy bien lo que ha sido la temporada de los de la Gran Manzana. Una magnífica primera parte en la que con un juego coral y una gran defensa maniataron a los Wizards, lo que les llevo a irse al descanso con 21 puntos de ventaja.

Sin embargo, la segunda parte, como tantas otras veces en la temporada fue una auténtica pesadilla. Los Knickerbokers dejaron de pasarse el balón y empezaron a hacer la guerra cada uno por su cuenta y la ventaja empezó a bajar poco a poco.

Hardaway, por su parte, hizo una primera parte esplendida en la que veía el aro como una piscina y anotó 32 puntos para pasar a anotar solo 5 puntos en una mala segunda mitad.

Los Wizards se llevaron un encuentro (113-118) que nunca debieron ganar, pero cuando hacía falta se vio quién necesitaba más la victoria. Los capitalinos se encuentran en la cuarta posición de la Conferencia Este y necesitan cada triunfo para posicionarse bien cuando acabe la temporada, mientras que los Knicks, más desde que Porzingis se rompió el ligamento, han tirado la temporada, acumulan ocho derrotas consecutivas y se puede decir que esta derrota no les viene demasiado mal a la hora de posicionarse bien para el draft.

Sin embargo, un equipo que juega en la Meca del baloncesto y que es el más valioso de toda la NBA, no puede permitirse este tipo de actuaciones.

Una temporada que empezó bien y puede acabar en pesadilla

Los Knicks no contaban en la mayoría de quinielas para meterse en playoffs, pero su gran inicio de temporada hizo que muchos les vieran como un aspirante a sorpresa del año.

Aún así, desde comienzo de temporada se pudo ver ese mal del que sigue adoleciendo todavía: no saben cerrar los partidos.

En los 59 partidos que llevan jugados, solo han conseguido remontar grandes desventajas en dos ocasiones (ante Indiana Pacers y Toronto Raptors, ambas en los primeros encuentros de la temporada), mientras que han sido numerosas las veces que los rivales les han ganado partidos en los que habían amasado ventajas superiores a los 10 puntos.

Además, el terrible mes de enero que han tenido que afrontar con más del 70% de los encuentros fuera de casa les ha perjudicado notablemente. La lesión a principios de diciembre de Tim Hardaway Jr., el que estaba siendo segunda espada de los Knickerbokers, también influyó negativamente en el juego de los de Hornacek, ya que el juego que habían ido asimilando durante esos primeros partidos de la temporada se perdió.

Por tanto, los aficionados de la Gran Manzana tendrán que esperar a la temporada que viene para ver si su equipo puede reverdecer viejos laureles.