Más de lo mismo. El Real Madrid volvió a repetir errores del pasado, esta vez en Cornellà-El Prat. Un equipo plano, sin ideas, que ve como pasan los minutos y cuando pretende ir a la desesperada a intentar ganarlo, comete un error y termina perdiendo. Lo preocupante es que empieza a no sorprender. Ya son once partidos en liga en los que el Real Madrid se ha dejado puntos. Muchos, demasiados.

El Espanyol se llevó los tres puntos sin hacer demasiado esfuerzo. Se limitó a estar bien posicionado en el terreno de juego, agazapado a la espera de tener una ocasión.

El Real Madrid no inquietó apenas a Diego López, pero en el 85, viendo que no les daba para ganar, se lanzaron a la búsqueda del gol. Sergio Ramos se situó de delantero centro para tratar de cazar algún balón aéreo. Pero lo que se encontró fue el gol de Gerard Moreno, que se aprovechó del espacio dejado por el capitán blanco para marcar en la última jugada del encuentro.

Cristiano, en el sofá de casa

Mientras el Real Madrid pasaba sin pena ni gloria por el césped de Cornellá, Cristiano Ronaldo lo observaba por televisión, desde el sofá de casa. El portugués no había entrado en la lista de Zidane para que descanse con vistas al encuentro de vuelta frente al París Saint Germain.

El año pasado, cuando el crack de Madeira era premiado con descansos en este tipo de partidos, Cristiano veía los encuentros con la tranquilidad de saber que tenía un equipo detrás que siempre respondía.

La famosa unidad B era de plenas garantías y permitía descansar a los teóricos titulares sin dejarse puntos por el camino.

Un culpable principal

Cristiano Ronaldo tiene claro quién es el principal culpable de la marcha actual del Real Madrid en liga y copa. Y ese no es otro que Florentino Pérez. Tras conquistar la Liga y la Champions League la pasada campaña, Florentino decidió desmantelar esa segunda unidad.

Se fueron Pepe, James, Morata, Danilo y Mariano. La obsesión del máximo mandatario blanco era rejuvenecer la plantilla y apostó por jugadores jóvenes, como Theo Hernández, Marcos Llorente, Borja Mayoral, Vallejo o Dani Ceballos.

La realidad habla por sí sola. Los recién llegados no son jugadores válidos para el Real Madrid. No son capaces de sacar los partidos por ellos mismos.

Y cuando el Madrid tiene bajas importantes se resiente y mucho. En Cornellà no estaban Marcelo, Modric, Carvajal, Cristiano o Kroos. Y se volvieron a perder tres puntos.

En cambio, James es titular indiscutible en el Bayern, Morata está marcando goles en el Chelsea, Mariano es uno de los máximos goleadores en Francia, Danilo tiene minutos en el City de Guardiola y Pepe es pieza clave del mejor Besiktas en los últimos años.

Un segundo culpable

Para Cristiano, además de Florentino Pérez, el otro gran culpable es Zinedine Zidane. El francés, le ha permitido al presidente hacer y deshacer a su antojo. No ha alzado la voz en ningún momento, a pesar de ver que el equipo se debilitaba con la salidas de varios jugadores importantes.

Cristiano ve en esa dejadez de Zidane un gran porcentaje de responsabilidad en la marcha del equipo. A la espera de lo que suceda en la Champions, el portugués solo piensa en hacerlo bien en el Mundial de Rusia y en que en verano se haga de nuevo una plantilla a la altura del Real Madrid.