Que la política de Fichajes del Real Madrid ha virado radicalmente en los últimos años es un hecho. Para encontrar el último bombazo veraniego de Florentino Pérez tendríamos que retroceder hasta el verano de 2014, cuando llegó al Bernabéu James Rodríguez, procedente del Mónaco y a cambio de 75 millones de euros. El colombiano venía de haber firmado un Mundial extraordinario.

Desde entonces, sólo el prometedor brasileño Vinicius Junior ha supuesto para los blancos un desembolso de más de 40 millones de euros. El presidente del Madrid ha insistido en numerosas ocasiones en que: "No llegan 'galácticos' porque ahora no son necesarios".

Pero ¿Hay algo más?

La salud financiera del Madrid

Las cuentas le salen al Madrid. Su balance económico es brillante y tiene uno de los ratios más bajos en cuanto a lo que se gasta en salarios de jugadores en relación a sus ingresos anuales y en comparación con sus grandes rivales europeos. Incluso tras abonar las primas a la plantilla por los numerosos éxitos recientes, este capítulo está controlado. Además, en los últimos años se ha hecho caja con lucrativas ventas como la de Álvaro Morata (80 millones de euros) y también ha incrementado lo que ha ganado por premios (especialmente en la Champions League).

Con los ingresos ordinarios creciendo también a buen ritmo, los balances anuales del club demuestran que hay dinero en caja suficiente como para afrontar grandes fichajes.

Pero la realidad es que en los últimos tres veranos no ha habido 'galáctico'.

Un cambio de filosofía

En 2015 fueron Kovacic y Danilo (costaron más de 30 millones cada uno) y un año después sólo llegó Morata por los mismos 30 millones que había invertido la Juventus dos años antes. Este verano, Theo Hernández (30 millones) y Dani Ceballos (16,5 millones) han sido los únicos refuerzos con algún coste para los inquilinos del Bernabéu.

Estas llegadas, además de las de Llorente, Vallejo o Mayoral, que regresaban de sus respectivas cesiones, indican claramente que el Madrid busca ahora formar estrellas, más que comprarlas.

Además, no llegó Killian Mbappe, el fichaje más deseado para renovar y rejuvenecer la línea de ataque merengue. Y se escapó principalmente por razones económicas.

El Madrid podría haber asumido el coste del traspaso y también el salario que exigía el joven crack (a riesgo de romper el equilibrio del vestuario), pero no quiso hacerlo.

La razón de la nueva estrategia

La principal razón de que el Madrid haya restringido notablemente el dinero que dedica a reforzarse no es otra que la inminente reforma del Santiago Bernabéu. Como ya se hizo público en su momento, un patrocinador se hará cargo del coste íntegro de la misma, a cambio de unir su nombre al del estadio durante un número determinado de años.

Claro que esto no significa que Ipic/Cepsa vaya a desembolsar el dinero de golpe. Esto significa que el Madrid necesita tener una importante cantidad de dinero en caja para anticipar los pagos a los proveedores que se encarguen de la reforma cuando tenga todos los permisos necesarios para ponerla en marcha.

Es por eso que hasta que no concluya la ambiciosa remodelación del feudo blanco será muy complicado que veamos nuevas presentaciones 'galácticas'.