Varias cuentas oficiales del Real Madrid han sido hackeadas durante al menos una hora en la noche del viernes 25 de agosto de este año. Los hackers dicen pertenecer a la empresa de seguridad digital OurMine, que se ha dedicado desde 2016 de manera pública a hackear cuentas de Internet para expresar la inseguridad de las cuentas sociales en Internet. También es una forma de demostrar que ellos saben de qué hablan cuando hablan de seguridad en la red.
OurMine es una empresa de Arabia Saudí que dice practicar el código “White Hat”. “White Hat” es una forma de decir hacker de guante blanco, o lo que es lo mismo, demostrar las vulnerabilidades en elsistema y decir como resolverlas de manera amigable.
En este sentido, OurMine tiene de “White Hat” lo que yo de top model argentino.
Después de hackear a diestro y siniestro, de anunciar la falsa muerte de Britney Spears y de hackear la Wikipedia, incluso de la National Geographic, parece que han decidido jugar con el opio del pueblo, la religión del fútbol, y atacar cuentas del Real Madrid y Barcelona.
BuzzFeed publicó un artículo que relacionaba al grupo OurMine con un adolescente de Arabia Saudí de origen gallego llamado Venancio. Bromas aparte, el adolescente firmaba como Ahmad Makki y declaró ser sólo admirador del grupo.
Tras la publicación del artículo, OurMine se infiltró en la página web BuzzFeed y cambió el texto de varias publicaciones a “Hacked By OurMine”, traducido como “hackeado por OurMine”.
En el caso del Real Madrid, colocaron una falsa noticia de la venta del jugador Benzema, que acompañaron de una burla al club. Lo mismo hicieron con la cuenta de Twitter del Barcelona, tiempo atrás. Saben que les dará más exposición al mundo si se centran en lo que da dinero. El fútbol da dinero, y mucho. Empresas de publicidad, de asesoría de jugadores, de SEO.
Todo el dinero que gira en torno al mercado de los jugadores, a la expectativa que produce para un accionista del club saber qué jugadores van a ser fichados. No es sólo el seguidor de un club de fútbol el que se preocupa. Cuando es el dinero el que está en juego, el bolsillo duele.
Y es que el mundo de las redes sociales se ha disparado de manera bestial en una década.
No han pasado ni veinte años desde que comenzara Internet a dar sus pasos firmes, descontando por supuesto los inicios en DARPA, y ya comenzamos a ver una segunda realidad, virtual, pero no menos preocupante. ¿A quién le gustaría tener sus ahorros en Internet y perderlos de manera virtual?