A falta del partido más importante de la temporada, Florentino Pérez y Zinedine Zidane ya trabajan en confeccionar la plantilla del próximo año. Saben que todos los grandes clubs ya se han puesto en marca para mejorar y no se quieren quedar atrás.
El próximo sábado tiene la gran oportunidad de hacer historia convirtiéndose en el único equipo capaz de ganar dos veces consecutivas la Champions League. Sería la Duodécima Copa de Europa del club blanco, aún así, hay que seguir trabajando.
Gran desembolso
El presidente blanco lleva dos años sin hacer prácticamente ningún fichaje galáctico, y aún así las cosas le han salido muy bien, pero este año quiere que la cosa cambie.
Se acercan las elecciones y quiere que la afición se ilusione incorporando a los mejores jugadores del planeta.
Ya hay dos fichajes prácticamente cerrados que son Theo Hernández y Vinicius Jr, que han costado 75 millones de euros, pero todo no se queda ahí. Sigue estando obsesionado con la contratación del portero del Manchester United, David de Gea, y está dispuesto a dar 55 millones por él.
Además, se le ha puesto entre ceja y ceja el mayor talento que ha salido este año, Kyliam Mbappé. Con 19 años ha revolucionado el mundo del fútbol y Florentino Pérez podría tirar la casa por la ventana para verlo de blanco.
No todo son alegrías
Pero con estas incorporaciones se le presenta un gran problema, Keylor Navas.
El portero costarricense, aunque no ha estado al nivel de la pasada temporada ha vuelto a ser decisivo en los partidos importantes y ha dejado claro que no quiere salir del equipo.
En unas recientes declaraciones confesó que está dispuesto a luchar por un puesto con el portero español, cosa que no ha gustado a De Gea. No quiere ir al Real Madrid sin un puesto asegurado cuando sí lo tiene en uno de los clubs más grandes del mundo.
Gran problema el que se le presenta a Florentino, y es que, la condición que ha puesto el internacional español para fichar por el club merengue es la salida de Keylor Navas. El balón está en el tejado del presidente, si decide hacerle caso a su mayor obsesión desde que llego al Santiago Bernabéu podría entrar en conflicto con el entrenador y con los pesos pesados.
Tanto Sergio Ramos como Zinedine Zidane ya han mostrado en varias ocasiones el cariño que se ha ganado Keylor en el vestuario. Un portero que nunca alza la voz y que trabaja como el que más para estar en todos los partidos al nivel exigido por un club de esta envergadura.