Ricky Rubio fue durante el pasado mes de febrero, objeto de rumores de traspaso. Durante un punto de la temporada parecía estar totalmente fuera del equipo, aunque esto ha llevado pasando en las últimas tres temporadas. Todo parecía hecho para un intercambio entre Derrick Rose y Ricky Rubio que llevara al catalán a jugar en la Gran Manzana y a Derrick Rose a reencontrarse con el entrenador que le hizo convertirse en MVP de la liga.
Estas últimas semanas, ha mejorado el nivel de los Timberwolves y ya luchan por posiciones de Playoffs; todo gracias a Ricky Rubio, cuyo nivel a aumentado de manera considerable en los últimos partidos.
Anoche, los de Thibodeau tenían un difícil reto frente a los Washington Wizards, uno de los equipos que se presenta como alternativa a Cleveland Cavaliers en la Conferencia Este a parte de Boston Celtics. Los Wizards son un hueso duro de roer, pero cayeron ante las diabluras del base español que consiguió algo histórico. 22 puntos, 19 asistencias, 5 rebotes y 3 robos de balón. Con esas 19 asistencias, conseguía batir el récord de la franquicia y conseguir ser el nuevo jugador de la historia de los Timberwolves que más asistencias ha conseguido en un mismo partido.
Parece que Ricky juega con la intención de demostrar algo a alguien. Quizá por estar siempre en todas las conversaciones de traspaso cuando llega el cierre del mercado de traspasos o por decir que el rookie Kris Dunn, merecía el puesto de base titular. Pues bien, el número nueve del equipo de Baloncesto de la fría ciudad de Minnesota se ha encargado de ir cerrando bocas y proclamarse como líder indiscutible en esa posición de organizador y creador de juego. Hay pocos jugadores con la visión que él tiene en la liga.
Estas asistencias fueron logradas en gran parte por sus compañeros. Si ellos no meten la canasta tras su pase, no conseguiría sumar los impresionantes números que consigue. Ricky está rodeado por dos fuerzas de la naturaleza en cuanto a ataque se refiere. Andrew Wiggins y Karl-Anthony Towns han sido el complemento perfecto para un Ricky Rubio que va recuperando confianza y que tiene ganas de meter a los Timberwolves en Playoffs.