En una competición como la NBA, dominada por grandes atletas y jugadores con físicos descomunales, se ha colado un intruso, Isaiah Thomas. Con apenas metro setenta y cinco de estatura, el menudo base de los Boston Celtics se está consagrando como uno de los mejores jugadores de la liga y una de las grandes atracciones para los aficionados de todo el mundo.
No hay quien le pare
La influencia de Isaiah Thomas en su equipo es cada día mayor, y ahora mismo suma 29 partidos seguidos anotando 20 o más puntos. Todo un torbellino para las defensas rivales, incapaces de contrarrestar la capacidad ofensiva de este excelso jugador, que cuenta con un repertorio de canastas de lo más variado y que sabe usar como nadie ese físico que la naturaleza le ha dado.
Llegada a la NBA.
Sus comienzos no fueron fáciles en la mejor liga del mundo. Seleccionado por los Sacramento Kings en última posición del Draft de 2011, pocos podían esperar que rindiese en la NBA. Sin embargo pronto comenzó a dar muestras de lo que podía dar y desde el principio se asentó en la rotación de la franquicia californiana. Después de tres buenas temporadas en Sacramento, Isaiah puso rumbo a Phoenix para jugar con los Suns. Su estancia en Arizona fue efímera, apenas media campaña. El cambio de rumbo a mitad de temporada de la franquicia y la superpoblación de bases terminaron con el bueno de Thomas haciendo las maletas con destino a Boston.
Boston, su hábitat natural
Allí comenzó saliendo desde el banquillo, pero con el inicio de la nueva temporada, su entrenador Brad Stevens decidió darle el timón del equipo y le colocó como base titular de los Celtics.
Desde entonces ya no hubo discusión, en el equipo había un jugador diferencial capaz de ganar él sólo los partidos y en los momentos calientes el balón debía estar en sus manos.
Así ha sucedido y así viene ocurriendo en este 2017 que acaba de empezar. Su inicio de año le está encumbrando al olimpo de la liga y muy probablemente vuelva a ser elegido para disputar el All-Star por segunda temporada consecutiva. Algo que sin duda merece este pequeño gran hombre, que ha vuelto a demostrar que la altura no lo es todo en un deporte como el Baloncesto.