Sampolismo, dícese de la filosofía futbolística caracterizada por la verticalidad, la dinámica, la intensidad, el trabajo meticuloso y el buen juego que se aplica en los equipos de Jorge Sampaoli. Una filosofía que, tras dieciocho jornadas, no necesita más definiciones escritas, a las pruebas sobre el césped me remito. El ‘Sampaolismo’ ha llegado para quedarse.
El ex-seleccionador chileno es un ejemplo de saber estar tanto dentro como fuera.
Dentro, en el vestuario, es un técnico metódico y amante de la posesión del balón. Fuera, delante de los medios de comunicación, encajado frente a ellos éste trata de responder a las preguntas con sinceridad y respeto y en la banda, un auténtico torbellino. A unos les gustará más que a otros que corra casi tanto como sus jugadores, pero deben comprender que Sampaoli es puro rock’n’roll. El Sevilla es puro rock’n’roll. Y el rock’n’roll no deja indiferente a nadie.
Por otro lado, es necesario destacar el trabajo de Juanma Lillo. Para aquel a quien le agrade el Fútbol de verdad, este técnico es una mina.
No juega para su prestigio, juega para ganar. Pero no para ganar de cualquier forma, sino jugando un buen fútbol. Asume riesgos, a veces incluso demasiados, pero quiere la pelota y, cuando la tiene, va con todo. En un tiempo récord su equipo le ha cogido el mensaje. No sé si es mérito sólo del argentino o de su cuerpo técnico, que son también un muy buen conjunto, pero la realidad es que el conjunto sevillano está ahí, peleando por el liderato.
El pasado domingo 15 de enero, los sevillistas y todos los amantes de este deporte, coincidieron en decir que fue todo un partidazo, en el que los andaluces se enamoraron del fútbol de su equipo y recordarán pasados los años. Por la remontada del Sevilla, porque se rompió el récord de imbatibilidad de los 40 partidos del Real Madrid y porque se jugó un gran encuentro.
Posiblemente, cuando el técnico argentino aterrizó en España, alguien le dijo que jugarles de tú a tú al Madrid y al Barça era un suicidio y que estaba prohibido. Y por eso, precisamente porque estaba prohibido, el Sevilla del ‘Sampaolismo’ es aspirante real a ganar la Liga. Y a todo lo que se le ponga por delante.