La geografía y la historia son dos asignaturas que la mayoría tiende a infravalorar en la escuela. A mí, personalmente, siendo más de letras que de ciencias siempre me han gustado. Si observamos el mapamundi y hacemos una mirada retrospectiva a los acontecimientos históricos que compusieron al mundo tal y como es hoy, comprobaremos como el Fútbol europeo no ha tenido mucho respeto del poder de las capitales de algunos países importantes como Francia, Italia, Alemania e Inglaterra.
En las cuatro de las cinco grandes ligas europeas los equipos de la ciudad donde residen los poderes legislativos y ejecutivo de los respectivos países no consiguen reflejar en el mundo del fútbol su primacía política. Quizás muchos no estaréis de acuerdo con tal afirmación y pensareis que en la última década el Chelsea en Inglaterra y el PSG en Francia han ganado muchos títulos, pero si analizamos la historia de sus ligas y vemos las preferencias de los aficionados, comprobaremos como ninguno de estos dos clubes es el más popular en su país. Además, hablando de la capital inglesa, el Chelsea posiblemente tendrá muchos menos aficionados que el Tottenham o el Arsenal, clubes con un curriculum mucho más amplio y que despiertan mucha más pasión.
Con la excepción de la liga portuguesa y la española, que ven al Benfica y Real Madrid como uno de los clubes más importantes junto al Oporto y el Barcelona respectivamente, es un hecho que algunas grandes capitales europeas que no consiguen reflejar en el mundo del fútbol su primacía política.
En torno a la Torre Eiffel y a la puerta de Brandeburgo no sobran precisamente motivos para la alegría por lo que al fútbol se refiere. En Francia, históricamente el primer equipo de París ha sido siempre el Red Star, que ahora juega en la Ligue 2, mientras que el club con más seguidores en todo el país es, sin lugar a dudas, el Olympique de Marsella, que también es el único conjunto francés que ha levantado una Champions League.
En Alemania en la capital casi no se respira fútbol. El Hertha de Berlín, que únicamente cuenta con dos títulos en su museo, que en la actualidad se encuentra tercero en la Bundesliga, está a la sombra del gigante Bayer de Múnich.
En Inglaterra la excesiva aglomeración de equipos en Londres (14 equipos en total) ha hecho que los clubes del norte del país se hicieran con la mayoría de los títulos. El Chelsea y el Arsenal no pueden compararse con dos conjuntos históricos como el Liverpool y el Manchester United.
Por último, el caso de Italia, parece que la suerte también ha vuelto la espalda a la bella capital italiana. La ciudad eterna puede hacer gala de cinco títulos de liga: dos para el Lazio y tres para el AS Roma, es decir, dos menos que el Torino, que en los años cuarenta era el equipo por excelencia.
En el país italiano se evidencia como en ningún otro la diferencia entre el rico norte y el pobre sur, con la Juventus con 31 títulos y nueve millones de tifosi que se pone por delante de los equipos de Milán, ambos con 18 scudetto y 4,5 millones de aficionados. Sólo el Nápoles de Maradona fue el único equipo del sur capaz de ganar el scudetto. Un pequeño gesto de rebeldía contra el poder despótico de los patrones del norte.
Está claro que las ciudades más grandiosas esperan ser siempre las primeras en todo, pero... los lugares en los que se profesa una auténtica devoción por el fútbol se encuentran en otras latitudes: están donde tienen su sede los clubes abonados al título liguero.