En el corazón de Arenas, en plena provincia de Málaga, una pequeña aldea llama la atención. Es la pedanía de Daimalos, cuya existencia se pierde en los tiempos en los que los musulmanes dominaban la Península. Hoy en día, apenas cuenta con 40 habitantes, pero varios sucesos relacionados con el Misterio han puesto en la geografía de lo inexplicable al pequeño núcleo malagueño. Y todo por las leyendas que se cuentan del alminar de una antigua mezquita que existe en Daimalos.

Misterio en un muro del alminar de la iglesia de la pedanía de Daimalos

Se trata del alminar de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción.

Fue levantado en el siglo XII como una mezquita, pero con la Reconquista, el nuevo templo cristiano se construyó sobre los restos musulmanes. Sin embargo, un muro cercano al alminar es conocido por la gente como "el rincón de la hechicera". Es un esquinazo tapiado del que se cuenta que, en las noches más oscuras, era punto de reunión de las brujas de la zona. Allí una de ellas, que viviría en la aldea de Daimalos, se encargaba de realizar un conciliábulo donde rendir pleitesía al Diablo. La leyenda cuenta que debido a esas reuniones de brujas se tapió el muro para evitar que causaran estragos en la zona.

Por otro lado, también es conocido el muro del alminar de Daimalos como el "rincón de las ánimas".

Esto se debe a que, además de las brujas, de vez en cuando se oían voces extrañas que provenían de ninguna parte. Los lugareños lo acechaban a las almas de las brujas, pero sobre todo por una historia que aún se recuerda en el pequeño núcleo malagueño.

El párroco emparedado en el enigmático muro de Daimalos

Los vecinos de los alrededores cuentan que en la iglesia de Daimalos se emparedó al padre José, un falso sacerdote que creó una secta en Tolox.

Conocido como el "falso cura de Tolox", aseguran que llegó a la pedanía haciéndose pasar por párroco. No obstante, se habría dedicado a engañar y robar a los vecinos, así como a mantener relaciones no consentidas con los más jóvenes de aquellas tierras.

Por ello, los vecinos de Daimalos decidieron dar muerte al falso cura de Tolox y emparedarlo en uno de los muros que dan al alminar.

A partir de este momento, del paredón surgían extrañas voces que serían las del espíritu de aquel párroco estafador. De hecho, comentan que hace 80 años, un vecino llamado Frasco López, quiso conocer si las historias eran reales. Picó en el muro y comenzó a escuchar misteriosos ruidos. Prosiguió con su actividad a medida que aumentaban lo que ya interpretaba como voces. Es en ese momento cuando unas manos invisibles atraparon al joven y comenzaron a golpearle en la cabeza. Pero lo más curioso es que cuando demolieron una parte del "rincón", afloraron huesos humanos de la pared. La leyenda de emparedados en Daimalos se confirmaba.