Con el Caucus demócrata que tiene lugar hoy, 3 de febrero de 2020, en Iowa empieza el ciclo electoral en Estados Unidos, que concluirá el 3 de noviembre de este mismo año con las elecciones presidenciales. Así que mientras se decide quien competirá contra Donald Trump por ocupar el Despacho Oval, es un buen momento para ver algunas películas que han mostrado de un modo u otro campañas electorales como elementos importantes, incluso centrales, de sus tramas.
Repasamos algunas comedias
En esta ocasión voy a traer una selección de comedias más amables y otras más ácidas. Porque el estrés y ritmo acelerado de las campañas políticas son un buen escenario para equívocos, situaciones embarazosas y por supuesto, romance.
Y cuando la amabilidad que la comedia romántica requiere se agota, traemos unas gotas de acidez y cinismo que encaja bien en la percepción actual de la competencia electoral. La mezquindad da para buenas comedias, como Billy Wilder sabía bien.
Sin Palabras (Speechless, Ron Underwood, 1994)
Una comedia romántica de manual. Michael Keaton y Geena Davis se conocen y se enamoran, pero resulta que son los escritores de discursos de dos candidatos políticos rivales. Así que se admiran, hay engaños y confusiones de identidad, hay competencia y rivalidad profesional hasta que pasa lo que tiene que pasar. El reparto está lleno de secundarios reconocibles.
Definitivamente, quizás (Definitely, maybe, Adam Brooks, 2008)
Un padre soltero, Ryan Reynolds, le cuenta a su hija, Abigail Breslin, la historia de las mujeres que se han cruzado en su vida para revelarle cuál de ellas es su madre. Sí, recuerda mucho a la serie 'How I met your mother', estrenada en 2005. ¿Y las elecciones donde encajan aquí? Pues porque el personaje de Reynolds es consultor político y además de la historia de sus amores, se suceden con las elecciones a la alcaldía de NY y a la presidencia con Bill Clinton.
El presidente y Miss Wade (The American President, Rob Reiner, 1995)
Rob Reiner y Aaron Sorkin vuelven a colaborar tras 'Algunos Hombres Buenos' para crear una inteligente cinta en la que lo personal es político y lo político es personal. La posibilidad de reelección del presidente, Andrew Shepherd (Michael Douglas) peligrará por su relación con la activista medioambietal Sidney Ellen Wade (Annete Bening). Con base a algunos de los temas e ideas, Sorkin creó la serie The West Wing (1999-2006).
Casi imposible (Long shot, Jonathan Levine, 2019)
Charlize Theron, una especie de trasunto de Hillary Clinton, sin Bill, contrata a un periodista, Seth Rogen, como su escritor de discursos. La comedia surge porque Rogen no parece encajar ni en la política profesional ni en una relación con Theron, pero... Y no es tan habitual que Rogen logre una película, como esta, que no duele ver.
Bulworth (Warren Beatty, 1998)
Un candidato sin posibilidades, interpretado por Warren Beatty, decide ser brutalmente honesto con los electores y decir las incómodas verdades a ritmo de rap. Querer acabar con el status quo -un pequeño lugar común en este tipo de filmes- pondrá en peligro su vida. De nuevo hay un destacado reparto del que hacen parte, por ejemplo, Halle Berry y Sean Astin.
El hombre del año (Man of the year, Barry Levinson, 2006)
¿Qué pasaría si un cómico televisivo a lo Jon Stewart se presentase a la presidencia de los Estados Unidos? Esta película protagonizada por Robin Williams, se presenta a presidente para poner en evidencia lo viciado del proceso electoral. La crítica a los políticos y los medios de comunicación casi permitía pronosticar el auge de un populista “a lo Trump”.
La cortina de humo (Wag the Dog, B. Levinson, 1997)
Un par de fontaneros de La Casa Blanca (Robert de Niro y Anne Heche) necesitan crear una distracción para que la atención pública se desvíe de los escándalos sexuales del presidente. Para ello, acudirán a la meca del espectáculo: Hollywood, donde un productor de cine (Dustin Hoffman) inventará una guerra virtual contra Albania. Si la película suena mucho a la historia de Monica Lewinsky es porque esa era su intención.
Ciudadano Bob Roberts (Bob Roberts, Tim Robbins, 1992)
La primera película de Tim Robbins en la que con la forma de falso documental sigue la campaña de un cantante folk de la alt-right, que a base de populismo, mentiras y carisma va ascendiendo desde una aprobación casi marginal a la posición de candidato con posibilidades reales de ganar. De nuevo, no cuesta mucho ver lo que después ha sido el ascenso a la Casa Blanca de Donald Trump.
Elecciones (Alexander Payne, Election, 1999)
La ambición -y la falta de escrúpulos- marcaron el comportamiento de Tracy Flick (Reese Witherspoon) en todas las elecciones en las que participó. Incluso cuando era una adolescente compitió por ser representante de alumnos en el instituto. Muy acida metáfora sobre el estado de la democracia copratagonizada por Matthew Broderick.