Hace ya varias semanas que la vacuna para el COVID-19 es una realidad en España y en el mundo. Los problemas por Coronavirus en el comienzo de este nuevo año tienen que ver con la nueva ola, la distribución de la vacuna, y lo más importante, el debate entre las personas que quieren administrarse la vacuna y confian en ella, y aquellas que no piensan hacerlo.
Para quienes ya se administraron la primera dosis de la vacuna, conocer los efectos que podrían sobrevenir en caso de no inyectarse la segunda dosis, se vuelve importante conocerlos. Por eso, la información ya ha comenzado a circular.
Efectos de no colocarse la segunda dosis de la vacuna a tiempo
El suministro de las segunda dosis de la vacuna para el COVID-19 a lo largo de Europa, está demorándose más de lo estimado y de lo que recomiendan los profesionales de la salud. Este contratiempo está preocupando a los gobiernos nacionales. Según el ministro de salud alemán, Jens Spahn, este retraso en el suministro de vacuna podría durar unas 10 semanas.
Ante esto, los gobiernos de la Unión Europea ya aplican medidas. Por caso, el Reino Unido, ha decidio retrasar 12 semanas la segunda dosis, y además, aplicar a la mayor cantidad de personas posibles la primera dosis. Otros países también optaron por esa política sanitaria que busca que el mayor porcentaje de población posible cuente con inmunidad.
La palabra de la OMS
Ante este contratiempo que afecta a Europa, la Organización Mundial de la Salud ha salido a advertir que esto podría provocar un nuevo problema: generar una población con inmunidad imperfecta, puede derivar en nuevas mutaciones del virus.
En el caso de España, la respuesta a este contratiempo ha sido otra: priorizar la segunda dosis de la vacuna e intentar que la ciudadanía pueda inyectarse a tiempo.
La cuestión de esta medida es que junto a esta decisión, se ha optado por suspender por lo pronto la aplicación de la primera dosis de la vacuna, tal como ha sucedido en Madrid.
Junto a la primera advertencia de la OMS, el organismo internacional también comunicó que aún no hay datos empíricos como para justificar la política del Reino Unido de extender la aplicabilidad de la segunda dosis de la vacuna de 3 a 12 semanas, al menos en el caso de la Pfizer.
En la misma línea, la Agencia Europea del Medicamento, expresó su preocupación en torno a políticas como la del Reino Unido, ya que según indicaron, el plazo ideal es de 21 días y no de 42, entre una dosis y otra. Por su parte, desde el Reino Unido justifican su decisión a partir de la recomendación de sus oficiales médicos jefes, quienes entienden que la seguridad contra el COVID-19 se obtiene en la primera dosis.