Son varios los proyectos de vacuna contra el coronavirus que han entrado ya en la fase III de experimentación. Los tiempos habituales se están acortando debido a lo urgente de la situación provocada por la pandemia mundial. Así, la carrera científica se está acelerando con el objetivo de encontrar la inmunidad frente a la infección por el SARSCov-2. Un gran número de países está inmerso en la carrera por desarrollar una vacuna segura y eficaz. Más de 200 laboratorios están realizando pruebas sin descanso.
Las farmacéuticas, preparadas para negociar el precio de la vacuna
A pesar de que la población aún está lejos de poder contar con la tranquilidad de una vacuna, las farmacéuticas ya están haciendo sus previsiones en cuanto al precio de venta. Por su parte, los gobiernos de distintos países están también preparándose para el momento en el que se pueda comprar masivamente una vacuna segura y eficaz. De hecho, gobiernos de Estados Unidos, Japón, Brasil, la Unión Europea y Gran Bretaña están buscando la manera de asegurarse un acceso rápido a los fármacos de las posibles vacunas a través de acuerdos con las farmacéuticas. Para ello, han comprometido millonarios desembolsos para conseguirlo.
Entre las farmacéuticas con proyectos más avanzados se encuentran la Moderna, AstraZeneca, GSK, Pfizer, Novavax, Johnson & Johnson y COVAX.
El precio de la vacuna sería muy dispar dependiendo de la farmacéutica. Así, la Moderna, laboratorio estadounidense, está barajando cobrar entre 27 y 31 euros por dosis, mientras que AstraZeneca, de origen británico, piensa cobrar tres. Entre medias, existe un amplio abanico de posibilidades que oscila entre los 16,5 euros de Pfizer, los 13,5 de Novavax o los 8,4 euros de Johnson & Jonhson.
Una vacuna accesible para toda la población
Mientras las farmacéuticas fijan sus precios dependiendo de la búsqueda de mayor o menor beneficio, Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, incide en la importancia de asegurar que la vacuna sea accesible para toda la población. Teniendo en cuenta que cada una de las vacunas está siguiendo un proceso distinto de investigación, así como de producción, el precio puede variar entre una y otra.
Sin embargo, todas ellas deberían seguir la norma de ser accesibles para toda la población que la va a necesitar en este caso de pandemia universal.
La comunidad científica alerta sobre los riesgos de la vacuna rusa
Recientemente, Rusia ha anunciado a través de su presidente, Vladimir Putin, que ha patentado una vacuna contra la COVID-19 que podrá administrarse a partir del 1 de enero del próximo año. Sin embargo, la comunidad científica no recomienda su producción a escala masiva y ha alertado sobre los riesgos de dicha vacuna. Dentro de los motivos del escepticismo científico está el hecho de que no se haya informado sobre los protocolos seguidos en su investigación y no se hayan cumplido las medidas de seguridad requeridas.
Entre los posibles efectos de vacunarse un fármaco no testado de manera adecuada está la posibilidad de desarrollar una reacción inmunitaria similar al asma, o sufrir una enfermedad agravada como consecuencia de que los anticuerpos generados transporten el virus a las células. A pesar de ello, son alrededor de 20 países los que ya han solicitado la compra de la vacuna rusa.
Cuba se suma a la creación de una vacuna
Con gran parte del mundo intentando desarrollar inmunizaciones COVID-19, Cuba ha anunciado que está también en la carrera científica por desarrollar una vacuna cuya seguridad y eficacia sea incuestionable. Concretamente, el país cubano está trabajando en cuatro proyectos de vacuna contra el Coronavirus y uno de ellos se encuentra en fase avanzada de los ensayos.
Por lo tanto, muchos de los ensayos a lo largo del mundo se encuentran en fases avanzadas, aunque sigue sin poder asegurarse que los fármacos ofrezcan inmunidad en condiciones reales y no conlleven peligrosos efectos secundarios. Por ello, la investigación continúa.