Estados Unidos está en óptimas condiciones de constituirse en el primer país del mundo en disponer de una vacuna contra el Coronavirus. Enfermedad que ha generado en todo el planeta en torno a 250.000 fallecidos desde su aparición.

Esto se debe a que se ha producido la esperada confirmación de que dos potentes compañías farmacéuticas del país ya están administrando las primeras dosis contra el coronavirus en personas. En concreto, con un perfil joven y completamente sanas, de entre 18 y 55 años. Se trata de Pfizer y BioNTec, dos de las más importantes empresas dentro del sector y que están a la vanguardia de los últimos adelantos científicos.

Vacuna lista contra el coronavirus a finales de año

Si todo se desarrolla conforme a las expectativas de los laboratorios norteamericanos se espera que al final la vacuna ya esté disponible para su dosificación entre la población mundial en los últimos meses de este año. Con una estimación inicial de que se podrían distribuir en torno a veinte millones de dosis.

“Desde luego que estamos muy esperanzados en que esta fase del proceso nos ayude a identificar mucho mejor las opciones más seguras y efectivas en la vacunación contra el coronavirus” ha afirmado este miércoles uno de los fundadores de la farmacéutica BioNTech.

Se han acortado los plazos en los ensayos clínicos

Mientras que por otra parte, hay que señalar que el menor espacio de tiempo que se ha dedicado a este proceso en los estudios preclínicos para buscar una vacuna para frenar al coronavirus se debe a que estas dos empresas han puesto en marcha sus mejores recursos tecnológicos.

Con el objetivo prioritario de afrontar esta dura pandemia que afecta a todo el planeta, tal y como han confirmado desde Pfizer.

El programa de investigación clínico que están llevando estas dos empresas de Estados Unidos se ha caracterizado fundamentalmente porque aporta cuatro candidatos en las vacunas. En donde cada uno de ellos presenta diferentes combinaciones de formato de ARNm.

Siendo esta una de las principales diferencias respecto a otras investigaciones científicas que se llevan a cabo en otros países y que por tanto permite que se pueda desarrollar una vacuna de estas características en tan corto espacio de tiempo.

Intercambio de datos en tiempo real

Cuando en principio, desde diversos estamentos científicos se preveía que el tiempo de espera para tener una vacuna no bajaría de los 12 o 13 meses.

Por otra parte, otra de las aportaciones de este ensayo en los laboratorios reside en que contempla un intercambio de datos con los organismos regulatorios que se hacen en tiempo real. Hasta el punto de que esta actuación conlleva una reducción en los plazos para crear una vacuna contra el coronavirus.