Se especula que el científico Albert Einstein duró sus últimas horas en la tierra garabateando algo en un papel, en un último intento de crear una teoría de todo. En 6 décadas más tarde, otra persona con sus mismos ideales, Stephen Hawking, falleció con pensamientos semejantes a los de Einstein. Pensando que la "teoría M" era una mejor teoría de la creación total del universo.
¿Pero, en que consiste esta teoría?
Después de la creación de la teoría de la relatividad general de Einstein en el año 1915, todos los físicos teóricos han querido reconciliar el discernimiento del mundo que esta infinitamente formado por átomos y partículas con la gran escala infinita del cosmos.
Mientras que el último esta efectivamente descrito por los cálculos científicos de Einstein, El primero es predicho con una medida espectacular por el conocido Modelo Estándar de interacciones fundamentales.
Nuestro entendimiento actual es que la interacción entre objetos físicos está descrita por cuatro fuerzas fundamentales . Dos ejemplos de ellos, la gravedad y el electromagnetismo, son relevantes para nosotros a nivel macroscópico, los tratamos en nuestra vida cotidiana. Las otras dos, comprendidas como interacciones "fuertes y débiles", actúan en una escala muy pequeña y se vuelven relevantes solo cuando se trata de procesos subatómicos.
El modelo estándar de interacciones fundamentales proporciona un marco unificado para tres de estas fuerzas, pero la gravedad no se puede incluir de manera consistente en esta imagen.
A pesar de su descripción precisa de fenómenos a gran escala como la órbita de un planeta o la dinámica de las galaxias, la relatividad general se descompone a distancias muy cortas. De acuerdo con el modelo estándar, todas las fuerzas están mediadas por partículas específicas. Para la gravedad, una partícula llamada gravitón hace el trabajo.
Pero al tratar de calcular cómo interactúan estos gravitones, aparecen infinitos sin sentido.
Revolución de la cadena
Para comprender la idea básica de la teoría M, tenemos que retroceder a la década de 1970 cuando los científicos se dieron cuenta que, en vez de describir el universo, se basara en partículas puntuales, podrían describirlo en términos de pequeñas cuerdas oscilantes (tubos de energía).
Esta nueva opción de pensar sobre los componentes principales de la naturaleza resultó para resolver muchos problemas teóricos. Sobre todo, una oscilación particular de la cuerda podría conocerse como un gravitón. Y en cambio de la teoría estándar de la gravedad, la teoría de cuerdas puede describir sus interacciones matemáticamente sin obtener extraños infinitos. Por lo tanto, la gravedad finalmente se incluyó en un marco unificado.
Teoría M
Pero existía una incomodidad apremiante que molestaba a los científicos de cuerdas en ese momento. Una selección exhaustiva enseño la existencia de cinco diferentes teorías de cuerdas consistentes, y no parecía claro por qué la naturaleza elegiría uno de cada cinco.
Aquí por fin es cuando la teoría M entra al juego. Mientras la segunda revolución de cuerdas , en el año 1995, los científicos plantearon que las cinco hipótesis de cuerdas consistentes son en realidad solo caras desiguales de una especulación única que existe en once dimensiones de espacio-tiempo y que la conocemos como la teoría M. Contiene cada una de las teorías de cuerdas en diferentes contextos físicos, pero sigue siendo válida para todas ellas. Esta imagen considerablemente fascinante ha usado a la mayoría de los científicos teóricos a entender en la teoría M como la teoría del todo; además es más precisamente sólida que otras teorías postulantes.