Un reciente estudio ha descubierto que los monos poseen un aparato fonador, es decir, aquella parte del cuerpo que se encarga del habla la cual le permite hacer perfectamente esa función, pero que sin embargo no lo hace.
En otras palabras, se nos parecen tanto que los primates más cercanos que tenemos podrían hablar sin ningún tipo de problemas, hecho del que hasta ahora no éramos conscientes, pues pensábamos que no lo podían hacer debido a las limitaciones de su boca y faringe. Al fin y al cabo los loros, muy pocos inteligentes, se esfuerzan en parecerlo aunque les cueste y lo consiguen.
Los loros y otras aves pueden imitar sonidos gracias a su aparato fonador. Los monos tienen un nivel de inteligencia elevado, aunque esto no tiene nada que ver con su aparato fonador. Hay monos que han aprendido a usar gran parte del lenguaje de signos. Los delfines también son inteligentes y tienen un sistema de comunicación complejo y obviamente no hablan como los humanos.
En este mismo estudio también se ha explicado el porqué los monos no hablan ni lo intentan, estando la respuesta en su cerebro ya que su sistema nervioso carece de ciertos grupos de neuronas en la corteza motora y del lenguaje que son completamente cruciales para el habla. Sin embargo, el ser humano es un animal muy curioso.
Así que los investigadores crearon un emulador de cómo sonaría la voz de un mono si pudiera hablar y así es como sonaría la voz de un macaco felicitando la navidad y pidiendo matrimonio en inglés (ver vídeo a partir del minuto 3:20).
Muchos científicos han intentado enseñar a hablar a los chimpancés, que parecen ser los simios más inteligentes.
No sólo eso, sino que además comparten con nosotros un porcentaje genético cercano al 99%.
Los chimpancés por ejemplo tendrían la capacidad vocal para hablar, pero no la habilidad cerebral para hacerlo. Lo que se proponen con sus análisis es simplemente demostrar que aunque están capacitados para hablar, lo que no poseen los simios es la capacidad cerebral.