Por primera vez se han encontrado plumas ligadas a huesos de dinosaurio, por lo que con este hallazgo estamos ante las primeras pruebas encontradas en las que podemos confirmar que se tratan de plumas de estos magníficos animales.

El descubrimiento se ha realizado tras ser encontrada una pieza de ámbar de noventa y nueve millones de años de edad (99.000.000), la cual fue vendida por un comerciante birmano que creía que era una hoja, y sin saberlo, en realidad estaba vendiendo el primer resto de dinosaurio conservado en ámbar con la primera pluma que sabemos con certeza que perteneció a estos animales.

Los análisis realizados sugieren que el desafortunado dueño de estas plumas fue un celurosaurio juvenil, que pertenece a la familia de los terópodos, entre los que también se encontraban los velociraptors y tiranosaurios.

Las plumas halladas son marrones en su parte superior y con un lado inferior pálido. Pareciéndose más al plumaje ornamental de las aves modernas que a las plumas de vuelo y carecen de un eje central bien desarrollado, lo que sugiere que fue una característica que llegó más tarde en la evolución de las plumas. La muestra está tan bien conservada que se pueden ver dos filas de plumas uniformemente espaciadas a lo largo de la cola.

El hallazgo viene con un potencial científico adicional, ya que pueden verse restos de tejidos blandos supervivientes y un alto contenido en hierro ferroso, lo que sugiere que pudiera incluso contener sangre, por lo que este descubrimiento único en su tipo ayudará a abrir una nueva ventana en la biología de los animales que dominaron la tierra durante más de ciento sesenta millones de años.

El Celurosaurio perteneció a un grupo de dinosaurios depredadores de pequeño a mediano tamaño. Estos pequeños terópodos, eran de complexión ligera, mandíbulas estrechas, pequeños dientes afilados, cuellos largos y flexibles, largas patas traseras que les permitían correr velozmente, patas delanteras bastante largas, garras afiladas y largas colas. Estuvieron muy extendidos desde los tiempos del Triásico tardío al final del Cretácico, hace alrededor de 231 a 66 millones de años.