Los fallos de memoria no emocional causados por el estrés tienen su origen en un receptor neuronal para cannabinoides, según varios científicos de la Universidad Pompeu Fabra de Barceona. Este descubrimiento permitiría evitar esta clase de amnesia producida por la tensión mediante el uso de fármacos.
El estudio ha analizado el papel del sistema endocannabinoide en la fijación de recuerdos en situaciones de estrés.
Se ha llevado a cabo por científicos del Laboratorio de Neurofarmacología de la UPF, la Universidad de Burdeos y la de Mainz. Se ha publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Este descubrimiento abre vías para regular el impacto del estrés en la memoria.
El sistema endocannabinoide es el causante de los efectos que produce el cannabis en el cerebro y es responsable de procesos como la memoria o el apendizaje. Además tiene un papel fundamental a la hora de modular la química cerebral ante situaciones tensas y agobiantes.
Es sabido desde la Ciencia que el estrés causa fallos en la memoria.
Lo novedoso de este estudio es que describe minuciosamente cómo falla la asimilación de recuerdos en el cerebro a nivel bioquímico. Así, en experimentos con sufridos ratones de laboratorio, se ha podido comprobar cómo impedir, mediante medicación,que la memoria sufra fallos en situaciones de estrés. Esto abre la vía a actuar sobre los humanos.
Usando las moléculas adecuadas se podría, por ejemplo, evitar los déficits cognitivos en pacientes con estrés postraumático reduciendo la actividad de los receptores neuronales implicados. O hacer que los estudiantes que afrontan grandes niveles de estrés, puedan rendir más y mejor.
Hasta este descubrimiento, no se conocía al detalle sobre el modo en que el estrés influye sobre la formación de recuerdos no emocionales, como por ejemplo, recordar los sucesos de la vida cotidiana.
En el momento en que el cerebro está en una situación que interpreta como estresante, se dispara la producción y liberación de hormonas como la noradrenalina, la adrenalina y el cortisol. Todo esto repercute directamente sobre la capacidad cognitiva. Existen además, tal como ha demostrado esta investigación, agentes periféricos que participan en estos procesos además del sistema nervioso central.
En el futuro, este hallazgo puede contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos contra los efectos del estrés en el desempeño cognitivo cotidiano.