Es un clásico de la vida de una Mujer decir que tiene la regla y que inmediatamente después su amiga exclame “¡yo también!” Durante el tiempo que las compañeras de piso conviven tienden a percibir que sus reglas están en sintonía, notando que la regla “se pega”, se adelanta, se atrasa y se altera completamente siguiendo al ciclo de la que lleva la voz cantante. Esta supuesta sincronización está muy generalizada y extendida, se ha convertido en tema de conversación entre amigas y en chascarrillos como “pégate a mí que yo te la paso”. ¿Pero cuánto de verdad hay en la sincronización de la menstruación?

¿Se pega realmente la regla?

Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), poca o muy poca, y lo sitúa más bien como una leyenda urbana. Sin embargo, muchas investigaciones han intentado probarlo durante los años. La primera de todas fue conducida por Martha McClintock, de la Universidad de Chicago en 1971, con un estudio realizado en una residencia con 135 chicas cuyo ciclo tendía a coordinarse. El estudio fue publicado en Naturey apuntaba a que las feromonas podrían ser la razón de esta tendencia.

Las feromonas son sustancias químicas que envían señales a los demás miembros de la especie con diferentes propósitos. En el caso de los humanos, las feromonas, al igual que la coordinación de la regla, también se consideran un mito, ya que a pesar de las muchas investigaciones al respecto, ninguna ha sido concluyente.

En 1999, H. Clyde Wilson, antropólogo de la Universidad de Missouri, volvió a analizar los resultados de la investigación de McClintock y rehízo el experimento de ésta con un diseño similar. De esta manera se dio cuenta de que todas habían exagerado la diferencia entre las fechas de inicio del periodo y las del inicio del experimento.

La respuesta sobre si la sincronía menstrual existe no es concluyente, pero la respuesta más lógica parece la del Jefe de Ginecología de la Clínica de la Universidad de Navarra, que aclara que el fenómeno de la sincronización no suele durar demasiado y se da por simple matemática. Si la duración del ciclo menstrual varía entre 24 y 32 días, es normal que con el paso de las semanas éste se solape, aunque no coordine.

Más lógico aun cuando las variaciones en el ciclo por motivos psicológicos como el estrés y la ansiedad tienden a desestabilizar el comienzo y la duración de la menstruación.

A pesar de los resultados, cabe destacar que la investigadora McClintock sigue estudiando este fenómeno y el de las feromonas. Puede que dentro de unos años se encuentren nuevas evidencias de la sincronización entre ciclos menstruales.