Una baja dosis de corriente eléctrica que aumente la actividad de ondas alfa eleva la capacidad creativa del cerebro un 7,4% de media, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte, publicado en la revista Cortex bajo el título "Functional role of frontal alpha osillations in creativity".

El descubrimiento abre además una nueva vía de investigación para el tratamiento de la depresión.

Las ondas alfa son oscilaciones electromagnéticas con una frecuencia comprendida entre los 8 y los 12 hertzios (ciclos por segundo).

Esta frecuencia es la que domina la actividad cerebral en estados de relajación, cuando cerramos los ojos y nos desconectamos de todo lo que nos llega a través de los sentidos.

Durante mucho tiempo, se pensó que la presencia de ondas alfa era síntoma de un proceso inútil, asociado a momentos de improductividad cerebral. Sin embargo, desde la década de 1990 la neurociencia está descubriendo que ningún patrón neuronal es gratuito. El cerebro no malgasta energía.

Según Flavio Frohlich, autor principal del estudio, es la primera vez que se ofrecen evidencias de que estimular las oscilaciones alfa desencadena un comportamiento complejo, en este caso la creatividad. "Pero nuestro objetivo es emplear este enfoque para ayudar a personas con enfermedades neurológicas y psiquiátricas", dice Frohlich.

"Por ejemplo, hay sólidas evidencias de que las personas con depresión tienen una disminución de ondas alfa. Si pudiéramos estimular estos patrones de actividad cerebral, entonces posiblemente ayudaríamos a mucha gente".

La investigación ha durado tres años, en los que los científicos han probado diferentes métodos de estimulación para mejorar la producción de ondas alfa.

Los resultados muestran, según los autores, una claro aumento de la capacidad creativa de los voluntarios en los experimentos: tras 30 minutos de estimulación, la media de la mejora era un 7,4% superior a las sesiones de control previas a la generación intencionada de ondas alfa.

El siguiente paso de la investigación consistirá en realizar ensayos clínicos con pacientes con trastorno depresivo mayor y trastorno disfórico premenstrual.

Aunque Frohlich advierte de que el hecho de haber podido estimular las oscilaciones alfa para potenciar la creatividad no asegura el éxito, existe la esperanza de que esa estimulación pueda romper los patrones fijos de pensamiento que impiden a un enfermo de depresión involucrarse satisfactoriamente en su realidad.

El científico de la Universidad de Carolina del Norte advierte de que no se debe capitalizar este tipo de estudios hacia la promoción de técnicas de creatividad en el día a día, por muy atractivo que resulte. Entre otras cosas, porque no se conocen los efectos a largo plazo de una estimulación cerebral sin un estricto control científico.

"Hay gente con discapacidades cognitivas que necesitan ayuda, y en muchos casos no existe medicación o ésta provoca graves efectos secundarios", afirma Frohlich. "Ayudar a este sector de población es por lo que realizamos de este tipo de investigaciones".