El ADN no es el único responsable de las características que heredan de sus antepasados los seres vivos. Según un estudio de la Universidad de Edinburgo, las histonas también cumplen funciones de transmisión.
Las histonas son proteínas que regulan la estructura del ADN. Su función conocida hasta ahora era la de dar forma a las secuencias de ADN. Los genes se enrollan sobre las histonas y juntos forman los nucleosomas.
Los nucleosomas, en un siguiente nivel de organización, se agrupan entre sí formando paquetes de diferentes formas, determinadas por las histonas, hasta que generan el cromosoma, la estructura superior en que se condensa el ADN. Por medio de estas asociaciones cada vez más compactas, las histonas controlan qué genes se activan y cuáles permanecen latentes.
Los científicos han descubierto ahora que los cambios que experimentan las histonas en un organismo pueden transmitirse a la siguiente generación, lo cual determina los rasgos genéticos de los descendientes.
Que los genes podían ser controlados a través de generaciones mediante tales cambios venía siendo una hipótesis desde hace algún tiempo.
Ahora, los investigadores han comprobado que es así. Para ello, provocaron cambios en las histonas de una levadura cuyos mecanismos de control genético son análogos a los de las células humanas. Con estos cambios, lograron desactivar ciertos genes. Al reproducirse las células, los cambios producidos en las histonas fueron heredados por las siguientes generaciones. La prole no sólo heredaba el ADN, sino también la estructura de la histona, factor clave para el comportamiento de los genes.
Este descubrimiento es decisivo para entender cómo influye el medio en el genoma, pues hay cambios de las histonas que se deben a condiciones ambientales, como el estrés o la dieta.
Según explica Robin Allshire, director de la investigación, en el comunicado de prensa emitido por la Universidad de Edinburgo: "Hemos demostrado sin lugar a dudas que los carretes de histonas que producen cromosomas pueden ser copiados y transmitidos de una generación a otra.
Nuestro descubrimiento confirma la idea de que los rasgos heredados pueden ser epigenéticos, lo cual significa que no se deben únicamente a cambios en un gen".
El estudio ha sido publicado en la revista Science bajo el título "Restricted epigenetic inheritance of H3K9 methylation".