Las luminarias de LED actualmente son la fuente de luz ideal. Presentan gran eficiencia (hasta 300 lúmenes por vatio en el laboratorio frente un máximo de 70 para lámparas fluorescentes compactas y no más de 20 para bombillas incandescentes) y una vida excepcional (hasta 100000 horas, mientras que las lámparas fluorescentes compactas duran un máximo de 15000 y las lámparas incandescentes no más de 1000). Se espera que se impongan en los hogares en menos de 5 años.

Sin embargo, los LED también tienen algunos defectos. Su proceso de fabricación, por ejemplo, es relativamente intensivo en consumo de energía.

Son sistemas multicapa complejos cuyos métodos de producción requieren vacío y alta temperatura. También deben ser protegidos de la exposición al aire y agua. Desde este punto de vista, las células electroquímicas emisoras de luz (LEC) son dispositivos mucho más simples. Tienen solamente una capa de material activo que se puede fabricar en una solución en condiciones ambientales y los electrodos se pueden elaborar en base a materiales simples, tales como aluminio.

Si a pesar de esto, los LEC no han suscitado la atención, se debe a que su vida es relativamente corta. Un fallo que investigadores de las universidades de Basilea y Valencia podrían estar a punto de vencer. En un artículo publicado recientemente en la revista Chemical Science, anunciaron que han desarrollado compuestos moleculares basados ​​en LEC estabilizados por anillo aromático en forma de película delgada, cuya vida es mayor de 2500 horas.

"Es un primer paso. Lo podemos hacer mucho mejor" , asegura Edwin Constable, profesor de la Universidad de Basilea.

Anillos aromáticos inspirados en flores

Metales de transición, que pueden formar iones de gran variedad, son los materiales de elección para la formación de la capa activa. Después de la aplicación de polarización, las cargas presentes en la capa activa se desplazan hacia los electrodos.

Se acumulan en las interfaces provocando una caída significativa en el potencial y la formación de áreas muy dopadas. La emisión de luz tiene lugar en la región intrínseca entre las regiones dopadas.

Rutenio, un metal de transición, es el primer metal que se ha utilizado para la producción de LEC. Son capaces de emitir en rojo o naranja.

En su mayoría son muy inestables en condiciones normales de uso. Optar por un metal de transición de la tercera serie, tal como el iridio, ha permitido a los investigadores mejorar la estabilidad del sistema y elegir el color de la emisión de luz debido a la formación de estructuras originales. Los investigadores ya están planeando reemplazar el iridio por metales de uso común y mucho más abundante como el cobre.

Para asegurar una mayor duración, han puesto a punto complejos metálicos enriquecidos con anillos aromáticos. Se organizan para formar una capa protectora, como una flor cuyos pétalos se cierran durante la noche. Una estructura que hace que el complejo químico sea particularmente estable y permite elegir el color de la luz emitida en función de los componentes moleculares seleccionados. Lo suficiente como para dar un paso hacia el diseño de sistemas emisores de luz blanca.