Las elecciones 21-D realmente fueron ganadas por los liberales, es decir los que están en contra de la independencia de Cataluña. Ahora, lo absurdo es que ellos no podrán gobernar ya que la mayoría absoluta fue ganada por los partidos separatistas. A los liberales les hace falta con quién gobernar, porque les falta coalición.
La diputada del partido liberal Ciudadanos, Inés Arrimadas García, anunció después del escrutinio: "Un millón cien mil personas valientes han enviado hoy un mensaje al mundo. No solo a los catalanes o a España, sino también al resto del mundo.
La mayoría social en Catalunya se siente catalana, se siente española, se siente europea y lo seguirá siendo“.
La mayoría absoluta fue ganada por los tres partidos que luchan por la independencia de Cataluña. Después del conteo, de casi todos los votos, alcanzaron los separatistas 2 escaños parlamentarios más de los que son necesarios para una mayoría. En el parlamento Catalán hay un total de 135 escaños.
Separatistas con problemas para gobernar
Los separatistas tienen un problema muy grande para poder gobernar. Por un lado el candidato principal y ex Presidente regional Carles Puigdemont se encuentra en exilio en Bruselas y por lo visto, no tiene pensado volver a España en la actualidad. Durante una celebración por los resultados tan positivos de los separatistas dijo: "señoras y señores la República de Catalunya ha vencido a la monarquía española“.
Rajoy pierde estabilidad en Madrid, y ¿ahora qué pasa?
El gobierno central en Madrid se había imaginado las cosas distinto. El Presidente Mariano Rajoy había ordenado nuevas elecciones con la intención de debilitar al movimiento separatista catalán. Él parecía estar muy seguro que con una nueva elección del parlamento catalán, los separatistas perderían apoyo.
De esta manera habría conseguido calmar la tensión política y social de la región y de toda España. Pero ha ocurrido lo contrario.
La asistencia a las urnas, con un nuevo récord de 81%, es muestra clara que el tema es de mucho interés para los ciudadanos catalanes.
Hay muchas especulaciones en cuanto al futuro próximo y a la reacción de Madrid a estas elecciones.
A primera vista parece haber una mayoría estable con la que se podría gobernar. Lamentablemente los partidos que conformarían esta mayoría, que a su vez quieren una independencia para Cataluña, no se han podido poner de acuerdo en muchos puntos. Es por eso que fueron a las elecciones separados y los resultados no han podido unirlos para formar una coalición. A Carles Puigdemont no le había sido posible unir a los separatistas antes de las elecciones para formar una lista unida. Ahora se trata de elegir a un gobernante, que para los separatistas, debería ser Puigdemont. El ex presidente regional no puede volver a España porque aún hay una orden de detención contra él.
Ahora se está esperando la reacción del gobierno central de Madrid.
Mucho no podrá hacer, porque la constitución prohíbe una separación.
Economía catalana sufre por falta de claridad política
Desde meses se pueden percibir las consecuencias económicas que han causado la separación de la sociedad catalana. En el 2017 han sido 3 mil empresas las que han abandonado la región para trasladarse a regiones con más estabilidad política. El sueño de claridad y estabilidad política, que debería llegar con los resultados electorales parece esfumarse del todo. La economía ha sufrido mucho, antes de las elecciones, y parece no poder reponerse después de ellas.