El cañón K (E) Gustav Gerät más conocido como "cañón Dora" o "cañón Gustav", fue un cañón ferroviario de largo alcance de un calibre de 800 mm. Se construyó durante la Segunda Guerra Mundial en la ciudad alemana de Essen y ha pasado a la Historia por ser la pieza de artillería más grande que se ha construido hasta el día de hoy.

La cantidad de hombres que necesitaba el 'cañón Dora' superaba los 1.400. Se tardaba en montar 3 semanas y necesitaba un ferrocarril de 25 vagones para poder ser transportado. Todo estaba dirigido por un coronel con su propio cuartel general desde donde planificaba los bombardeos del cañón considerando los consejos de sus ayudantes.

La mano de obra se completaba por un pequeño grupo de ingenieros civiles aportados por Krupp, la mayor empresa de la época y que controlaba la industria pesada alemana.

Se construyeron tres piezas de las cuales solo dos fueron utilizadas: "Gustav" y "Dora". Sin embargo, la única que entró en combate fue "Gustav" durante el sitio de Sebastopol entre 1941 y 1942; "Dora" fue enviado a Stalingrado, pero nunca llegó a ser utilizado en ese punto tan crucial para el desenlace de la Segunda Guerra Mundial.

El objetivo que perseguían los alemanes con estos cañones era bombardear los lugares sitiados para provocar una rápida rendición o abrir agujeros en las defensas para así poder penetrar con mayor facilidad.

La idea de crear un arma como el cañón 'Dora' o el 'Gustav' ya se barajó durante la Primera Guerra Mundial debido a la gran fortaleza defensiva que habían desplegado los franceses en la conocida línea Maginot. No obstante, hasta la invasión de la Unión Soviética en la Operación Barbarroja no se decidió probar el proyecto.

El escenario elegido fue Sebastopol en la península de Crimea, un puerto clave para el abastecimiento y que estaba fuertemente protegido.

Los trabajos para hacer llegar y después funcionar el enorme cañón en esta ciudad soviética fueron únicos.

El bombardeo de Sebastopol comenzó el 5 de junio de 1942 y se perseguía que fuera el más grande de todos los tiempos. La ciudad aguantó un mes y sus habitantes sobrevivieron gracias a los túneles subterráneos que se crearon para la ocasión.

El cañón solo atacó objetivos militares los cuales eran destruidos con suma facilidad.

Tras Sebastopol, el "Gustav" fue llevado al sitio de Leningrado para derribar algunas posiciones defensivas, pero fue desmontado y retirado de su servicio por el enorme esfuerzo que suponía su utilización. Las piezas se dispersaron y los lugares donde estaban fueron bombardeados por los Aliados para evitar en un futuro que volviese a entrar en funcionamiento.

En la actualidad lo que queda de estos cañones son sus proyectiles conservados en varios museos y que aterran a todos los visitantes por su enorme tamaño. Al fin y al cabo pertenecieron al cañón más grande de toda la Historia...