La noche del pasado miércoles, sacudió al mundo de las redes sociales, y al mercado financiero, al confirmarse que la FTC (Comisión Federal de Comercio), en conjunto a 48 estados de EE. UU, han levantado una demanda judicial de carácter histórico contra Facebook. Sin bien el gigante de las redes ha atravesado por conflictos legales, esta vez lo que está en juego no es solo aspectos económico, sino su extensión y hegemonía, ya que de acuerdo a cómo se desarrollen los sucesos, Zuckeberg se enfrenta a la posibilidad de perder Whatsapp e Instagram.

Demanda a Facebook por presunta monopolización de la competencia

La acción legal que se levantó en contra de la gigante red social de Zuckerberg justamente parte de denunciar su comportamiento dentro del mercado orientado a monopolizar y hegemonizar el mundo de las redes sociales, lo que va en detrimento de rivales medianos o pequeños. Ahora, los usuarios se preguntan si esta demanda realmente puede avanzar, y hasta dónde, pero a la vez ha abierto el debate sobre el comportamiento dentro del mercado de estas compañías con preguntas como cuánto hay de ética y cuánto de economía en la dinámica de una empresa, si se debe primar una sobre otra, o si realmente hay lugar para el comportamiento ético cuando se trata de disputar y consolidar un lugar dentro del mercado.

Hay mucha expectación sobre hacia dónde puede derivar una denuncia de este calibre, puesto que las redes sociales son parte integrante de nuestras vidas, y lo hemos visto más que nunca en esta pandemia.

Facebook se encuentra ante una nueva encrucijada

La demanda se concretó en la noche del miércoles. En el texto que levantó la FTC se arguye que Facebook habría quebrantado las leyes antimonopolio.

Por el lado de Facebook, se entiende que la denuncia es más bien una estrategia que busca desestabilizar el mercado y generar incertidumbre, por lo que es claro que ante dos posturas tan opuestas, la tensión solamente ha iniciado y amenaza con acrecentarse.

Sin embargo, la particularidad de este conflicto es que está en juego el futuro del gigante de las redes y por ende, de la dinámica de Internet tal como la conocemos.

Cuando Facebook adquirió Instagram y Whatsapp, las actualizaciones de las aplicaciones fueron constantes, conservando su particularidad, pero unificando ciertas funciones de su interfaz que las hicieron cada vez más fáciles y dinámicas de usar. De perder el control sobre ambas, se desatará una puja entre otras empresas para adquirir el manejo de estas dos redes que continúan siendo muy masivas. Esta demanda contra Facebook se da en una coyuntura política incierta, puesto que aún resta por ver si el comportamiento de las grandes empresas estará en la agenda política del reciente presidente electo, Biden.