Estamos acostumbrados a concebir los prejuicios como un comportamiento humano típico, pero aparentemente esto no es así, los robots también pueden desarrollarlo. Esto, al menos, es lo que surgió de un estudio realizado por el MIT y la Universidad de Cardiff , que analizaron los comportamientos de los robots en un simulador de trabajo en grupo, descubriendo que precisamente los robots desarrollaron prejuicios sobre otros robots quienes no fueron parte de su equipo.

Los investigadores del interior del simulador habían introducido un mecanismo de donación, especialmente hacia los miembros de su propio grupo que hacia las de los demás, a partir de estrategias de donación y reputación de las personas, encontrando que con el tiempo los miembros de cada equipo habían desarrollado prejuicios contra los miembros de otros, copiando y replicando el comportamiento aprendido por el primer miembro que había expresado dicho juicio negativo.

Según los cientificos

"Nuestras simulaciones muestran que el prejuicio es una poderosa fuerza de la naturaleza y, a través de la evolución, puede estimularse fácilmente en poblaciones virtuales, a expensas de una conectividad más amplia con otros. La protección de grupos perjudiciales también puede conducir inconscientemente al entrenamiento de nuevos grupos igualmente dañinos, con el resultado de tener una población socialmente fragmentada. Este prejuicio generalizado una vez se enraiza y es difícil de revertir ", explicó el profesor Roger Whitaker de la Universidad de Cardiff.

Lo más interesante es que la lesión no se formó cuando dentro de cada población había más subgrupos con rasgos distintivos .

"Con un mayor número de subpoblaciones, las alianzas de grupos no perjudiciales pueden cooperar sin ser explotadas, lo que también reduce su condición de minoría, reduciendo el riesgo de que surjan prejuicios, pero esto requiere circunstancias en las que los agentes tienen más acentuar la voluntad de interactuar fuera de su grupo ", agregó el profesor Whitaker.

Nada nuevo

Hace más de 50 años, el antropólogo cultural Claude Lévi-Strauss explicó que hay un comportamiento metonímico en las relaciones entre las poblaciones: cuanto más cercanos y similares se hacen las diferencias, más se afirman las diferencias para afirmar la identidad grupal. de lo contrario, en riesgo, mientras más seamos diferentes, la búsqueda de similitudes se acentúa porque la definición de identidad no está en riesgo y es posible colaborar. ¿Qué en el futuro los antropólogos culturales deberían estudiar las poblaciones de robots?