Según un informe de la Asociación Alemana de Socorristas (DLRG), hasta ahora por lo menos 20 menores se han ahogado en piscinas. En la mayoría de los casos, fue por falta de vigilancia de parte de los adultos, que estaban entretenidos viendo el teléfono móvil.
Adicción de los padres a teléfonos móviles ha causado los accidentes
Los casos de Niños ahogados en piscinas y playas han sido por el excesivo uso de los dispositivos móviles de parte de los adultos que estaban supuestamente cuidándolos, según informó Achim Wiese de la DLRG. Además, señaló que los padres o adultos encargados de cuidar a los niños "no están haciendo caso a las advertencias" de dejar de usar el teléfono móvil cuando se está cuidando a un niño.
La atención excesiva de los padres al télefono móvil es la principal causa de estos fallecimientos. Peter Harzheim, quien es portavoz de la Federación de Supervisores de Piscinas en Alemania, dijo que "las personas se imaginan a la piscina como un lugar que funciona como una guardería para los niños".
Adultos con teléfonos móviles se olvidan de los niños en las piscinas
Según explicó Peter Harzheim a The Guardian, “Los padres están tan concentrados en el télefono móvil que no miran para los lados y no pueden prestar atención a sus hijos". Sin embargo, el mal uso de los teléfonos móviles no ha sido el único problema. Los socorristas alegan que la falta de clases de natación en las escuelas ha ocasionado que muchos niños no sepan nadar.
Debido a que no es posible controlar esta tendencia, la DLRG está solicitando que se les enseñe a nadar a los niños desde temprana edad, y así de esta manera evitar accidentes por no saber cómo actuar en el agua. Sin embargo, las leyes han sido duras con los padres y adultos negligentes, y es posible que esto haga cambiar de actitud a quienes se olvidan de los niños por culpa del teléfono.
La DLRG también advierte que los adultos encargados de vigilar a los niños se olvidan de estos, quizás confiados en que allí están los socorristas. Lamentablemente para cuando los vigilantes se dan cuenta de que el niño está en problemas suele ser demasiado tarde. Los padres o las personas que estaban cuidando a los niños mientras estos se bañaban en las piscinas, posiblemente ni siquiera recordaban dónde estaba el niño. No es de extrañar que Peter Harzheim opine que el teléfono es como una obsesión, ya que no permite al adulto concentrarse en otra cosa.