A lo largo de estos años, desde la aparición del primer smartphone de Apple, el iPhone original (con su ahora minúscula pantalla de 3,5 pulgadas), se ha librado una de las principales batallas en este campo: el área de visualización y la calidad de la misma.

Diferentes tecnologías se han ido perfeccionando poco a poco, siendo las más relevantes la IPS y la OLED, con Samsung como su máximo exponente; sin embargo, la inmensa mayoría de móviles con Android como sistema operativo siempre han montado paneles IPS, al igual que el iPhone, fabricados sobre todo por LG o Samsung.

Amoled y la isla

Por eso una de las principales novedades de este iPhone es que lleva un panel AMOLED, fabricado por Samsung, de mayor resolución, llegando a 1125x2436 y con una mayor saturación de color, que han llamado "Super retina", de 5,8 pulgadas, lo que produce unos colores más brillantes y vivos que en las IPS. Además, los negros son más puros y no existe el "efecto halo", pues en las AMOLED los píxeles que están en negro permanecen apagados, reduciendo así el consumo y evitando la capa blanquecina que aparece en las pantallas sin esta tecnología.

Otra de las novedades es la controvertida "isleta" que presenta en la parte superior, donde se ubican los sensores y la cámara frontal, dejando inutilizada una parte de la pantalla.

Pero quizás lo que ha causado mayor sensación ha sido el porcentaje de pantalla, que ahora llega a un 82%, cuando por ejemplo en el iPhone 8 es de un 65,7%.

Pantalla infinita

La última novedad que presenta el iPhone X es la pantalla sin marcos, que en Samsung han llamado "Pantalla Infinita" en su Galaxy S8, S8 Plus y Note 8. Desde la aparición del Xiaomi Mi Mix el año pasado, todos los fabricantes se afanan por estirar las pantallas hasta los bordes, consiguiendo así embutir pantallas grandes en dispositivos que siguen manteniendo un tamaño comedido en mano.

Pero esta característica presenta varios inconvenientes en cuanto a relación de aspecto de la pantalla y visualización de contenidos multimedia; esto lo vemos en el iPhone cuando, viendo un vídeo en Youtube por ejemplo, lo giramos en posición horizontal, observando cómo aparecen franjas negras a ambos lados de la pantalla para no deformar la imagen, franjas en las que no vemos contenido alguno.

Pantalla vs ergonomía

Lo cierto es que en algunos aspectos parece que todavía queda mucho por perfeccionar respecto a este tipo de dispositivos "todo pantalla". Es innegable que la ergonomía es muy superior respecto al tamaño de pantalla, pudiendo disfrutar de 5,8 o incluso más pulgadas, como las 6,2 del Galaxy S8 Plus, sin por ello dislocarnos la mano cuando queremos desplegar las notificaciones.

Sin embargo aspectos como la aparición de franjas negras sin imagen en vídeos o fotos, las relaciones de aspecto un tanto extrañas que están apareciendo o el desaprovechamiento de pantalla en otros elementos de la interfaz, ponen de manifiesto la falta de optimización del sistema para estas pantallas.

Apple por fin ha actualizado su dispositivo estrella, cubriendo la necesidad actual de ofrecer una pantalla sin marcos, pero además cambiando la tecnología IPS de los anteriores por la AMOLED de Samsung, que aparece valorada en DisplayMate como A+, máxima calificación para una pantalla de smartphone actual.