Al realizar retratos fotográficos, los retocadores realmente disponen de pocas herramientas para alisar la piel, así en el cambio de frecuencias la foto es desenfocada casi destructivamente para que se pierdan los errores de la piel, entonces es muy difícil la ampliación, porque ya pierde textura o se pixela, la foto se ve irreal y es propia de los principiantes.
Pero las fotos modificadas profesionalmente son muy difíciles de realizar, desde las matemáticas de la cámara pasando por la iluminación y la colorimetría, la distancia y el foco, además de la calidad de la piel de las modelos, las cuales a más de ser estéticamente atractivas deberán tener una piel casi perfecta.
Tras la toma el revelado del RAW o NEF según la marca, con los conocidos softwares de Lightroom, Capture One pro, Capture NX 2, PS, etc., se llega a una etapa donde a la foto se le deben quitar los desperfectos, los novatos y estudios de alguna importancia, proceden a sus correcciones con el conocido cambio de frecuencias, pero este es un proceso muy destructivo sobre todo para fotografía comercial. Asimismo, si esa buena fotografía cae en manos de un profesional del retoque que sabe lo que está haciendo, cada foto tiene un proceso mínimo de 4 horas para aplicarle el sistema técnico conocido como dodge and burn.
Aclarar las zonas más luminosas de la imagen y oscurecer las zonas de sombra: casi píxel oscuro por píxel iluminado, de esta manera crearemos más texturas y sobre todo mucho más volumen en nuestra imagen.
En mi experiencia, al aplicar por primera vez el sistema Dodge and Burn, lo hice con 4 curvas, después de dos horas solo tenía la mitad de la foto, pero qué satisfacción; las sombras de abajo de la nariz y la sombra de abajo del labio inferior adquirieron una iluminación tan natural como estar mirando a la modelo a plena luz, y de cerca qué gran complacencia tuve por estos resultados.
En nuestro medio hay empresas que saben acerca del valor de estos retratos, son ocupados por grandes compañías de cosméticos, multinacionales de publicidad, etc.
Constan varias técnicas de retoque, y si alguna vez es recomendable la técnica de cambio de frecuencias, pero únicamente cuando la fotografía cuenta con 36 o más megapíxeles y se haya calculado la distancia de los puntos de trecho entre píxeles de igual valor lumínico.
Buscando una técnica de retoque me he encontrado también con una que juega diabólicamente con el desenfoque gaussiano y el paso alto, me he reído bastante ya que al momento de desenmascarar la fotografía, es cierto que los errores de la piel han desaparecido, pero la piel parece como que le han aplicado un motivo tan regular que ya no parece piel. En el cambio de frecuencias podría imaginarme por lo menos un efecto de porcelana, pero en este sistema aparece como un plástico de burbujas con aire, que hasta dan ganas de oprimirlas con los dedos.
Recordemos que los buenos retocadores son muy escasos, y la mejor ayuda que reciben es la de los maquilladores y esteticistas, que deberán aprender a realizar su make up, ya no solo para vistosidad sino para complementar y sincronizar su labor con el artista.
El desafío del Dodge and Burn
El gran fotógrafo Toni Vila alguna vez me desafiaba a que si me atrevía o no con el blanco y negro. Hoy por hoy yo desafío a los fotógrafos de post producción y a los retocadores nóveles y profesionales a que nos atrevamos con el sistema Dodge and Burn. Solo para más gloria del arte fotográfico.