El siglo XX se caracterizó por la producción en serie de inventos que nos fueron haciendo cada vez más cómoda la vida pero, con el tiempo, han provocado que estemos más cerca de los que se encuentran lejos y más lejos de los que están cerca.
La dinámica familiar fue cambiando paulatinamente conforme los inventos se fueron comercializando, en un principio había una sola televisión en la sala de cada hogar, la cual todos tenían que compartir y aprender a ser tolerantes con los gustos del resto de su familia; los hijos dormían en un sólo cuarto y se adaptaban a las diferentes formas de ser de sus hermanos, era la mejor lección de convivencia; en cada casa había un solo baño, el cual todos tenían que compartir y debían organizarse muy bien, pues las familias eran muy numerosas.
Los juegos infantiles eran siempre grupales y los niños tenían que tratar con toda clase de formas de ser; mamá sólo gritaba: ¡ya es hora de entrar! y los hijos en el acto obedecían.
Con el tiempo llegó el feminismo y con ello la desintegración de los hogares, es ahí donde sí nos debemos preocupar, pues los niños crecían sin su madre que los educara; las nanas y la televisión vinieron a suplir tan valiosa presencia. Con las décadas se inventaron las Guarderias que, aunque son un muy buen servicio para las madres trabajadoras, no deja de ser perjudicial para los niños, quienes sólo ven a mamá un rato por la tarde.
Con el Neoliberalismo llegó la época de la Globalización, y con ella la etapa del Consumismo: las casas crecieron, las familias se achicaron debido a la explosión demográfica, las cosas en los hogares han cambiado al grado de que ya cada miembro de la familia tiene su propio cuarto, su propio baño, su propia tele, su propia computadora, su propio teléfono celular, sus propias consolas de videojuegos, sus propios amigos, etc., etc., etc., en fin, viven juntos pero no se conocen entre sí.
Dicha situación ha generado que los pocos valores morales que quedaban se perdieran por completo, prueba de ello son la falta de respeto de los menores hacia sus padres, los bailes cada vez más eróticos que se ponen de moda, la falta de romanticismo entre los "chavos", el inicio temprano de las relaciones sexuales, las uniones libres, y tantas cosas más que nos hace pensar que las nuevas generaciones tienen mucho conocimiento tecnológicos y sofisticación, pero les falta algo esencial: EDUCACIÓN.