Obsesionados por la tecnología, así están los jóvenes de hoy. El abuso de los dispositivos tecnológicos se ha convertido en un problema que afecta a su conducta, ya que no pueden estar ni un segundo sin estar conectados. Si no están en la red, algunos de ellos están más irritables.

Las malas notas, los cambios en el comportamiento social y familiar y la obsesión por estar conectados son algunas señales del abuso que hacen los jóvenes de la tecnología. Así lo aseguran los expertos que participaron en la primera charla sobre las TIC en la adolescencia.

Muchos de ellos están tan enganchados que aseguran que por las noches no apagan los dispositivos y, alteran sus actividades de la vida cotidiana para hacer uso de ellos, ya sean teléfonos móviles, ordenadores o consolas.

La consecuencia de ello es que su conducta cambia. Cuando no están conectados se vuelven más irritables y están de mal humor. Todo vuelve a la calma cuando se enganchan otra vez. Dicho abuso se da especialmente entre los jóvenes de entre 12 y 16 años de edad. No obstante, hay diferencias entre los Niños y las niñas. En el caso de los chicos, suelen ser personas tímidas y que tienen dificultad para relacionarse con los demás. Éstos apuestan más por jugar con las consolas o los ordenadores.

Por su parte, las niñas optan más por las Redes Sociales. Suelen tener un carácter más abierto pero con algunas dificultades de comunicación. Por ello, Facebook, Twitter o Tuenti son espacios donde ellas se pueden comunicar sin miedo. También visitan foros relacionados con los trastornos de alimentación.

Ante este tipo de situaciones se aconseja ir a un psicólogo y separar al adolescente de los peligros.

En este caso, de todos aquellos dispositivos que les faciliten la entrada en Internet.

Prevenciones

Antes de abusar se puede prevenir. ¿Qué se debe hacer? La prevención es muy difícil aunque no imposible. Es difícil porque las nuevas tecnologías forman parte de los hogares. Son herramientas con las que se convive día a día y, cuesta mucho deshacerse de ellas.

Además, sirven para entretener y ayudar a los adultos y adolescentes.

No obstante, delante la dificultad los espececialistas han establecido una serie de pautas para que los padres ganen esta batalla a sus hijos. En primer lugar, los dispositivos no estarán nunca en la habitación de los niños, sino en el salón u otro lugar de la casa. Además, una persona adulta tiene que controlar el tiempo que se utiliza y el contenido que se visita. También, dicen los expertos que los padres tienen que saber las contraseñas de todos los perfiles que tienen sus hijos en las redes sociales y, pactar con ellos en que momentos no deben utilizar el móvil.