Desde el pasado 2 de febrero se le perdió el rastro a Ana María Knezevich Henao en Madrid. La mujer estadounidense de origen colombiano vivía dentro alquiler en un piso de la capital desde el pasado mes de diciembre. La desaparecida se estaba divorciando de su pareja después de 13 años de matrimonio. Ahora, según ha informado Caso Abierto, el marido de la americana se ha negado a pasar por la prueba del polígrafo que le habría ofrecido el FBI.

El marido tenía que aceptar voluntariamente someterse al polígrafo

El FBI se ha sumado a la investigación de la desaparición en Madrid.

Por eso, según Caso Abierto, le ofreció al marido de Ana María Knezevich pasar por la prueba del polígrafo. Aunque en estados como Florida donde vivía la desaparecida, el sospechoso solo podía someterse al detector de mentiras si lo aceptaba de manera voluntaria.

Durante las pesquisas, los agentes del FBI habrían descubierto que varias propiedades de Ana María Knezevich y su marido fueron vendidas durante los últimos meses. Incluso algunas han sido comercializadas después de la desaparición de la mujer en Madrid.

El reparto de una compañía provocó mucha tensión

La desaparecida y su marido habían fundado una empresa tecnológica en Estados Unidos. El círculo íntimo de Ana María Knezevich ha afirmado que el reparto de la compañía de ambos fue muy complicado.

Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos, contó a EFE que en el proceso de divorcio la mujer quería realizar una división equitativa para las dos partes, mientras que el hombre pretendía llevarse el 75%.

El presidente de SOS Desaparecidos contó que la familia de la desaparecida se enteró de que el marido de Ana María comenzó a vender parte del patrimonio compartido tras la desaparición.

Actualmente el hombre se encuentra en Serbia, su país de origen.

Los investigadores encontraron indicios de criminalidad en el caso

Las investigaciones de los agentes de la Policía Nacional y del FBI encontraron indicios de criminalidad en el caso. Las pesquisas apuntan a que la mujer fue secuestrada de su piso en Madrid durante la noche del 2 de febrero.

Por eso, un Juzgado de Violencia sobre la Mujer se ha hecho cargo del caso.

En el piso de Ana María Knezevich solo encontraron su teléfono móvil y varios dispositivos electrónicos. Posteriormente dos amigas suyas recibieron mensajes en los que aparentemente la estadounidense les comunicaba que había conocido a una persona y que iba a pasar unos días con él en una finca en las afueras de Madrid.

Sin embargo, los investigadores y las amigas de Ana María Knezevich creen que esos mensajes los envió el propio secuestrador con el fin de ganar más durante su huida. Antes de denunciar la desaparición en Estados Unidos, la familia de la mujer se puso en contacto con el marido de la desaparecida. No obstante, el hombre les respondió que no tenía información sobre el paradero de la americana.