Este miércoles en Carmona, Sevilla, agentes de la Policía Nacional desarticularon una organización criminal de cinco integrantes dedicada a la explotación laboral de personas en situación de precariedad. Los detenidos, pertenecientes a una misma familia, sometieron al menos a 32 personas entre nacionalidades española, rumana y senegalesa, forzándolos a trabajar durante largas jornadas y sin derecho a descanso, en unas fincas de Alcalá del Río.

La investigación del caso inició en la provincia de Navarra tras la denuncia de dos personas en contra de la familia carmonense, quienes expresaron haber sufrido el delito de trata de personas con fines de explotación laboral.

Por su parte, agentes de Sevilla de la Unidad de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedad Documental (Ucrif) recibieron testimonio de otras dos víctimas de origen colombiano. Las versiones de estas denuncias fueron coincidentes con las recogidas en Navarra, lo cual, junto a otras investigaciones posteriores, permitió el rescate de 32 personas y la detención de los acusados.

La familia de Sevilla obligaba a los jornaleros a vivir hacinados

Varios jornaleros fueron explotados laboralmente por la familia de Sevilla, quienes para dicho fin mantuvieron una repartición precisa de sus roles dentro de la organización: padre y madre actuaron respectivamente como líder y responsable de captar a las víctimas, mientras que uno de los hijos trabajaba como capataz y transportaba a los jornaleros desde los lugares de residencia, donde vivían hacinados, hasta los campos de faena.

Según indican las investigaciones, la familia carmonense obligaba a los jornaleros a residir en unas casas ubicadas en Villanueva del Río, donde hasta 13 personas tenían que convivir hacinadas en solo tres habitaciones “en condiciones deplorables”.

Desde dichas habitaciones, los trabajadores eran trasladados hasta fincas agrarias de Alcalá del Río, donde eran sometidos a "jornadas interminables, sin derecho a descansos y obligados a trabajar, aunque estuvieran enfermos" según las declaraciones policiales.

Los jornaleros recibían sueldos paupérrimos

Pese a que no se ha hecho público cuánto dinero recibían los explotados, las declaraciones convienen en que estos obtenían salarios “paupérrimos”, de los cuales la familia de Sevilla sustraía una parte al cobrarles 5 euros por cabeza durante los traslados en furgoneta hasta las tierras agrícolas.

Ninguno de los trabajadores contaba con un contrato ni había sido dado de alta en la Seguridad Social. Además, las víctimas de esta red de trata de personas eran forzadas a trabajar de sol a sol en plena pandemia por Coronavirus, incluso cuando mostraban signos de estar enfermas.

Por estas razones, los detenidos han sido acusados de varios delitos entre los que se incluye: delitos contra de los derechos de los trabajadores, delitos contra los derechos de ciudadanos extranjeros y pertenencia a organización criminal.

La explotación laboral se ha incrementado en Sevilla en los dos últimos años

La explotación laboral está incrementando en Sevilla. Así lo confirma el Servicio de Asistencia a Víctimas en Andalucía (SAVA) adscrito a la Consejería de Justicia, entidad que en lo que va de año ha atendido 27 casos de víctimas de diversos tipos de explotación.

Tales cifras permiten estimar que, hacia finales de año, el incremento de víctimas de explotación laboral será superior al 200% respecto al año 2019. Las razones detrás de esto pueden estar asociadas a una mayor falta de recursos, situación que facilita que personas en una situación precaria caigan en las manos de grandes redes de trata de personas. No obstante, dichas organizaciones no se limitan a grandes mafias, como las vistas en África y Europa del Este, puesto que también se dan casos en que las organizaciones criminales son de menor dimensión como bien lo ejemplifica el reciente caso de la familia carmonense.