La Comisión Nacional de Ética en la Investigación (CONEP) indagará sobre el fallecimiento de 200 pacientes que ingresaron en diversos centros médicos que participaban de un estudio contra el coronavirus. El hecho ocurrió en Brasil y trascendió gracias a la denuncia que realizó la familia de una mujer de 71 años, quien comenzó a sufrir varios síntomas de la COVID-19 a principios de febrero de este año. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) anticipó que podría tratarse de 'uno de los momentos más graves de infracción ética' que se hayan visto en Latinoamérica.

El fármaco que consumieron los pacientes fallecidos fue la proxalutamida

Zenite Gonzaga Mota, una mujer de 71 años, había ingresado en un centro de urgencias tras contraer diferentes síntomas relacionados con la COVID. Su hija la trasladó al Estado de Amazonas, pero unos días después de su entrada al hospital a Zenite le dieron a probar un fármaco denominado proxalutamida, un medicamento experimental para pacientes de coronavirus que se aplica en las personas que padecen algún tipo de cáncer.

Días después, a la mujer se le diagnosticó una infección pulmonar porque empezó a sentir una fuerte disminución en el oxígeno. Desde el centro de urgencias recomendaron que fuera trasladada a Itacoatiara, su ciudad natal, para que fuera tratada con otros medicamentos.

Uno de ellos sería la proxalutamida, un fármaco que no está registrado oficialmente en suelo brasileño.

Luiz Alberto Nicolau, presidente del Grupo Samel (dedicado a la atención hospitalaria y médica), comunicó que la ciudad sería la primera en aprovechar un antibiótico de origen norteamericano que funciona de excelente manera en las personas que contrajeron la covid y está destinado al tratamiento del cáncer.

La sobrina de Zenite denuncia que ningún médico siguió el tratamiento de su tía

Alessandra Mota, sobrina la mujer fallecida y quien la acompañó durante todo el mes que Zenite ingresó en el hospital Jorge Mendes, señala que nadie del cuerpo médico realizó un seguimiento del tratamiento de su tía.

Desde el 11 de febrero, Zenite empezó a tomar tres cápsulas de proxalutamida diariamente, pero también consumía otros antibióticos como ivermectina y la hidroxicloroquina, conocidas por su falta de ineficacia para tratar la covid.

El tratamiento empeoraba su salud, por lo que la familia solicitó varias veces su traslado a Manaos, pero el hospital Jorge Mendes denegaba su petición. Una vez que aprobaron su solicitud, la paciente ingresó en 'estado de debilidad' y falleció un mes después de haber contraído coronavirus.

La CONEP sospecha que más personas murieron a causa del fármaco contra la covid

Zenite Gonzaga Mota no fue la única paciente que murió en lo que presuntamente se trató de un estudio irregular. La Comisión Nacional de Ética en la Investigación estima que aproximadamente 200 personas fallecieron debido a la proxalutamida. Si bien la CONEP había aprobado el estudio del medicamento a comienzos de 2021, señaló que las investigaciones que se realizaron en Amazonas implicaron a 645 pacientes de los 294 que estaban autorizados de manera inicial. Además, otro punto que no estaba aprobado para llevar a cabo este estudio fue la inclusión de personas gravemente enfermas y con cuidados intensivos.