Ha muerto Juan Ignacio Blanco, el criminólogo que estuvo al frente de la idea de la conspiración alrededor del asesinato de las niñas de Alcàsser. Junto al padre de una de las adolescentes asesinadas, Fernando García, fue uno de los grandes defensores de las teorías paralelas sobre el triple asesinato que significó un antes y un después en España.
Fue una de las voces más críticas de la investigación oficial
Juan Ignacio Blanco, periodista y criminólogo, muy conocido por las investigaciones que realizó durante el caso de “Las niñas de Alcàsser” y por sus polémicas en Televisión, ha fallecido en la ciudad de Madrid, según ha publicado El Confidencial. El investigador se convirtió en la mano derecha del padre de una de las niñas (Fernando García, progenitor de Miriam) que fueron violadas y brutalmente asesinadas en el año 1992, durante las investigaciones paralelas a las realizadas de manera oficial.
Tanto Juan Ignacio Blanco como Fernando García siempre dudaron de la versión oficial dada por la Guardia Civil sobre los hechos que rodearon al triple asesinato -por lo que solo cumplió pena de cárcel Miguel Ricart- y siempre defendieron teorías conspirativas que nunca fueron capaces de probar.
Los dos, que gozaron de una gran popularidad durante los años noventa, revelaron sus conclusiones a lo largo de varias apariciones en los medios de televisión.
Llegó a escribir el libro ¿Qué pasó en Alcàsser? donde daba los nombres de los verdaderos responsables del caso, según él
El fallecimiento del criminólogo tiene lugar en un momento en el que el caso Alcàsser vuelve a la primera línea de los medios de comunicación tras el estreno del documental producido por Netflix sobre el asesinato que cambió la sociedad. Por otro lado, este mismo miércoles se encontraron cuatro falanges humanas que podrían ser de una de las niñas.
El criminológo llegó a escribir un libro “¿Qué pasó en Alcàsser?”, en el año 1998, donde defendía su hipótesis sobre quiénes eran los verdaderos asesinos de las adolescentes basándose en una serie de teorías.
Fue acusado de un delito de injurias y calumnias por parte de las personas responsables del caso. En el año 2009, el investigador fue condenado a 16 meses de prisión y a pagar una cantidad económica como indemnización.
Fue el también periodista Carlos G. Barrett el que comunicó la muerte de Blanco asegurando que alguna vez se sabría la verdad sobre este caso y, entonces, su memoria sería honrada. Además de recordar que fue el único periodista que quiso saber la verdad del horrible caso de las tres adolescentes que fueron violadas y asesinadas en noviembre del año 1992.