Una red de tráfico de inmigrantes que estaría implicada en el tráfico de casi 300 personas ha sido desmantelada por la Policía Nacional. La organización delictiva traficaba inmigrantes que llegaban en pateras al sur de las costas españolas, para posteriormente ser trasladados a Francia.
Los agentes de la policía nacional, en una operación conjunta con la EUROPOL, lograron la captura de siete personas integrantes de la banda delictiva, seis de sus integrantes fueron detenidos en Guipúzcoa y otro en Madrid. La EUROPOL trasladó una oficina a España con el objetivo de realizar análisis.
La policía informó, en un comunicado, que la banda delictiva disponía de una infraestructura en Francia, España y varios países de África. Desde esos centros de operaciones dirigían a 300 personas hacia las costas de España. Cada miembro integrante de la banda desempeñaba una función específica en cada país.
Aparte de los detenidos de la organización delictiva, la policía ha ubicado a ocho inmigrantes que esperaban pasar a Francia. Estas personas se encontraban en dos pisos de Guipúzcoa.
Inicio de las investigaciones
Las investigaciones relacionadas con el caso, comenzaron en el mes de enero, donde la policía tuvo el conocimiento de dos personas con actitud sospechosa, en una estación de autobuses de San Sebastián.
Estos individuos esperaban a personas de origen africano y luego las acompañaban a la estación de trenes.
La policía observó a estos individuos en varias ocasiones, mientras esperaban que llegaran los ciudadanos de origen africano, los acompañaban hasta la estación de trenes anexa donde procedían a la compra de billiete de transporte.
Inmigrantes de África con destino a Francia
Los inmigrantes eran captados en Mali, Costa de Marfil, Guinea o Senegal. Estos delincuentes, le prometían llevarlos a Francia si les pagaban una cantidad de dinero; ellos se encargaban de su movilización, así mismo como les hacían entrega de documentos falsos y en ocasiones usurpaban la identidad de otro extranjero.
Los extranjeros llegaban en patera a España y luego de ser recibidos en centros asistenciales, los miembros de la organización los contactaban y les ayudaban con los trámites para el viaje a Guipúzcoa y a Vizcaya, para luego ser trasladados a Francia.
Los miembros de la organización utilizaban taxis, autobuses y trenes para el traslado de los inmigrantes. Un español conducía el taxi, que transportaba hasta 5 personas y cobraban 150 euros por cada pasajero, según un informe de la policía.
Una vez que los inmigrantes llegaban a San Sebastián, eran recibidos por uno de los integrantes de la banda, el cual les guiaba en el proceso de salida del país. Los extranjeros, dependiendo del medio de transporte que utilizaran podían pasar varios días hacinados en un piso, hasta que pudieran salir hacia Francia.
Después de minuciosas investigaciones por parte de la policía, ésta confirmó la existencia de esta banda delictiva en la ciudad de San Sebastián con dependencias en Madrid, Francia y Bilbao y que se dedicaba al tráfico de inmigrantes.