Ahmed Samsam fue condenado a 8 años de prisión tras ser acusado de integrar una organización terrorista. El yihadista danés fue detenido en Estepona (Málaga) donde la pena impuesta por la Audiencia Nacional fue acorde con lo que solicitó la Fiscalía en la acusación.
Después de una noche de fiesta, Ahmed Samsam fue interceptado en un hotel de la localidad malagueña, donde se había quedado después de haber estado en compañía de alcohol, cocaína y prostitutas. Según el equipo de la policía danesa, ellos tomaron la iniciativa de detener al sujeto, luego de un seguimiento y por temor a que fuera a consumar un atentado, así lo relataron en el juicio.
Los antecedentes de Ahmed Samsam en Siria
Ahmed fue condenado en Dinamarca por agresión, tráfico de drogas y amenaza a los agentes de seguridad. La Sala Penal de la Audiencia Nacional confirmó que este viajó en varias ocasiones hasta Siria para combatir en las filas de las organizaciones armadas precursoras entre los años 2012 y 2014, antes de autodenominarse Estado Islámico.
Combatió específicamente para las filas del DAESH, por suponerse que es el origen de sus padres, en batallas que han sido cruciales para la organización terrorista Estado Islámico. El Tribunal ha probado por ejemplo, la toma del aeropuerto de la ciudad de Raqqa en agosto de 2014.
Los hechos narrados en la sentencia, informan que Ahmed se reunió son su hermano Hamza en Dinamarca, quien se trasladó con el mismo fin que se perseguía, pero que lamentablemente (dicho por el acusado) falleció por cuchillazos en el 2015, además de reconocerlo como un mártir.
Este terrorista no mantenía su perfil oculto, pues a diario sostenía su postura en las redes sociales. La última vez de la que se conoce que estuvo en España, en junio de 2017 subió a su red de Youtube la forma de manejar ciertas armas.
Acusación de la Fiscalía contra Ahmed Samsam
Una de las acusaciones más fuertes que presentó la Fiscalía, es que tal parece que Ahmed financió al Estado Islámico y consiguió para ellos armas y material militar.
El Tribunal corroboró todo a través de cifras enviadas por el terrorista a los combatientes, quienes exigían cantidades concretas.
Una de las pruebas aportadas sobre el caso fue la solicitud de 700 dólares por parte del combatiente Omar Mohar, que serían destinados para la reparación de un vehículo que se averió luego de un acto de combate en Alepo.
Según la resolución, la cantidad nunca llegó a su destino por haberse presentado inconvenientes.
A las pruebas de la acusación se le suman el material audiovisual encontrado en su domicilio, conversaciones telefónicas con combatientes y un sin número de cosas que pretendía conseguir para apoyar a la organización terrorista, como chalecos y camisas antibalas.